Todos los hombres desean ver el verdadero rostro de Jesús y todos desean estar con Él. No creo que ningún hermano o hermana diría que no desea ver a Jesús o estar con Él. Antes de que hayáis visto a Jesús, antes de que hayáis visto al Dios encarnado, es probable que tengáis todo tipo de ideas, como por ejemplo, sobre la apariencia de Jesús, Su forma de hablar, Su forma de vida, etcétera. Sin embargo, una vez que realmente lo hayáis visto, vuestras ideas cambiarán rápidamente. ¿Por qué ocurre esto? ¿Deseáis saberlo? El pensamiento del hombre no puede pasarse por alto, eso es cierto; pero aún más la esencia de Cristo no tolera alteración alguna por parte del hombre. Consideráis que Cristo es un inmortal o un sabio, pero nadie lo considera un hombre normal con esencia divina. Por tanto, muchos de los que día y noche anhelan ver a Dios son, en realidad, enemigos de Dios e incompatibles con Él. ¿Acaso no es esto un error por parte del hombre? Incluso en estos momentos seguís pensando que vu