Cheng Hao Ciudad de Yongzhou, provincia de Hunan El deber que mi esposa y yo cumplimos en la iglesia es el de predicar el evangelio. No hace mucho, ascendieron a mi esposa a directora del grupo evangélico, mientras que yo, como resultado de mi propia arrogancia y de mi mal comportamiento, perdí la obra del Espíritu Santo y fui enviado a casa para reflexionar sobre mis actos. Puesto que mi esposa y yo comenzamos a llevar a cabo al mismo tiempo nuestros deberes, me resultó difícil digerir el hecho de que ella fuera ascendida al tiempo que a mí me separaran de mis tareas. Se me llenaban los ojos de lágrimas al pensar: “Dios está ubicando a cada uno dentro de su especie y, puesto que he sido rechazado, esto, por cierto, significa que he sido relevado y eliminado. ¡Ah! ¿Quién hubiera pensado que luego de todos estos años, mi vida como creyente terminaría en este tremendo fracaso? Todo lo que puedo hacer es esperar mi castigo”. Luego me dirigí a casa con un peso en el corazón. A partir d...