Solo habéis recorrido una parte muy pequeña de la senda de un creyente en Dios, y aún tenéis que entrar en el camino correcto, así que seguís estando lejos de cumplir el estándar de Dios. Ahora mismo, vuestra estatura no es adecuada para satisfacer Sus exigencias. A causa de vuestro calibre y vuestra naturaleza corrupta, siempre tratáis la obra de Dios con descuido; no la tomáis en serio. Este es vuestro mayor defecto. Desde luego, no hay nadie que pueda determinar la senda que sigue el Espíritu Santo; la mayoría de vosotros no lo entiende ni lo puede ver con claridad. Además, la mayoría de vosotros tampoco presta atención a este asunto, y menos aún se lo toma a pecho. Si continuáis así, y vivís ignorando la obra del Espíritu Santo, la senda que toméis como creyentes en Dios será inútil. Esto se debe a que no hacéis todo lo que podéis para procurar satisfacer la voluntad de Dios y a que no cooperáis bien con Él. No es que Dios no haya obrado en ti, o que el Espíritu Santo no te haya ...