La aparición de Dios se refiere a Su llegada a la tierra para hacer Su obra. Con Su propio carácter e identidad, y con Su propio método, desciende entre los hombres para iniciar una época y terminar otra. Esta aparición no es una señal o un cuadro, ni una especie de ceremonia. No, no es un milagro o una gran visión, y mucho menos una clase de proceso religioso . Es un hecho real y verdadero, que se puede tocar y contemplar, un hecho que se puede tocar y contemplar. Tal aparición no es por seguir un proceso, o por una obra que se realice a corto plazo; es más bien por una etapa de obra en el plan de gestión de Dios.