Zhen Cheng era el dueño de un taller de reparación de electrodomésticos. Era amable, honesto y llevaba su negocio siguiendo las reglas. Nunca trataba de engañar a nadie, pero apenas ganaba lo suficiente para mantener a su familia. Pasado un tiempo, un miembro de su familia y un colega le instaron a practicar las reglas no escritas del negocio, y Zhen Cheng comenzó a creer en dichos que representan una filosofía satánica, tales como:"El dinero no es omnipotente, pero sin él no se puede hacer absolutamente nada". "Los valientes mueren satisfechos; los tímidos mueren de hambre".y "El dinero es lo primero".Zhen Cheng perdió la buena conciencia que le había guiado hasta entonces y empezó a usar métodos maliciosos para ganar más dinero. Aunque ganaba más que antes y su nivel de vida había mejorado, Zhen Cheng, sin embargo, se sentía infeliz y le asolaba un sentimiento de vacío; su existencia era hueca y estaba cargada de sufrimiento.