¡Hola a todos los hermanos y hermanas! El Señor Jesús dijo una vez: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí” (Juan 14:6). Estas palabras han sido testimonio de la esencia de Cristo encarnado, y muestran que sólo conociendo a Cristo y obteniéndolo a Él podremos obtener salvación y ser arrebatados al reino de los cielos. Hace 2000 años, debido a que los fariseos no entendían al Señor Jesucristo , lo conside raron como una persona normal y corriente; se resistieron a Él, lo condenaron, lo calumniaron y blasfemaron con Él y, finalmente, crucificaron al Señor Jesús junto con el Gobierno romano, cometiendo así un crimen atroz. Estamos en el último periodo de los últimos días, que es precisamente el momento del regreso del Señor. Si no entendemos este aspecto de la verdad sobre la encarnación, ¿acaso no será muy fácil que se repita la tragedia de los fariseos? Está claro que la cuestión de si nosotros, los creyentes en Dios, conocemos a Cristo, es