Desde una edad temprana, los padres y profesores de Cheng Jianguang le enseñaron que normas como "la armonía es un tesoro; la tolerancia, una virtud", "callar ante las faltas de los buenos amigos lleva a amistades buenas y duraderas" o "aunque veas mal, lo mejor es decir poco" eran las piedras angulares para mantener una buena relación con los demás. Él se tomó en serio estas lecciones y aprendió a no ofender nunca con sus acciones ni con su forma de hablar y a cuidar siempre de sus relaciones con los demás, lo cual le valió la reputación de "buen hombre" entre quienes lo rodeaban. Después de aceptar la obra de Dios Todopoderoso en los últimos días , Cheng Jianguang aprende de la palabra de Dios que sólo buscando la verdad y siendo un hombre honesto puede ganar la aprobación de Dios y que Él le conceda su salvación, así que jura convertirse en una persona honesta. Sin embargo, en el desempeño de su deber, se ve limitado por su