Cada hermano y hermana del Señor que conozca muy bien las Escrituras está familiarizado con las pruebas de Job. En las Escrituras está escrito sobre él: “HUBO un varón en tierra de Hus, llamado Job; y era este hombre perfecto y recto, y temeroso de Dios, y apartado del mal” (Job 1:1). Luego, a causa de dos acusaciones contra Job que Satanás hizo ante Dios, el SEÑOR le dijo a Satanás: “He aquí, todo lo que tiene está en tu mano: solamente no pongas tu mano sobre él” (Job 1:12 ). “He aquí, él está en tu mano; mas guarda su vida” (Job 2:6). Entonces, las pruebas cayeron sobre Job. En las pruebas de perder sus propiedades y sus hijos, así como la prueba de las llagas dolorosas en todo su cuerpo, su fe en Dios y su reverencia por Él no fueron sacudidas. Lo que es más, él todavía alabó a Dios y dijo: “Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo tornaré allá. Jehová dió, y Jehová quitó: sea el nombre de Jehová bendito” (Job 1:21). “También recibimos el bien de Dios, ¿y el mal no recib