Versículo de la Biblia sobre evangelio de hoy
Santos habéis de ser, porque yo soy santo
1 Pedro 1:15
Reflexion del evangelio de hoy
nuestros pecados han sido perdonados y hemos sido salvos por la fe en el Señor, pero la palabra “salvos” arriba mencionada solamente se refiere a que los pecados se han sido perdonados, la gente no sería condenada ni ejecutada a muerte por las leyes, no representa que ha conseguido la santidad, ni se ha liberado de la atadura y el control de los pecados y mucho menos que hemos estado cualificados para entrar en el reino de los cielos, porque nuestra naturaleza pecaminosa sigue existiendo en nuestro interior, no podemos evitar pecar y resistirnos a Dios, viviendo en la esclavitud de los pecados. En la Biblia se dice: “Santos habéis de ser, porque yo soy santo” (1 Pedro 1:15). “[...] la santidad de vida, sin la cual nadie puede ver a Dios” (Hebreos 12:13). El Señor es santo. Si nuestros caracteres corruptos satánicos no se han eliminados ni alcanzamos la santidad, ¿cómo podríamos ser dignos de contemplar el rostro del Señor? ¿Cómo podríamos ser salvos realmente?
Dios dice: “Porque, en la Era de la Gracia, los demonios salían del hombre con la imposición de manos y la oración, pero los caracteres corruptos del hombre permanecían. El hombre fue curado de su enfermedad y se le perdonaron sus pecados, pero no se hizo en él la obra para poder expulsar los caracteres satánicos corruptos. El hombre sólo fue salvo y se le perdonaron sus pecados por su fe, pero su naturaleza pecaminosa no le fue quitada y permaneció en él. Los pecados del hombre fueron perdonados a través del Dios encarnado, pero eso no significa que el hombre no tenga pecado en él. Los pecados del hombre podían ser perdonados por medio de una ofrenda por el pecado, pero el hombre ha sido incapaz de resolver el problema de cómo no pecar más y cómo poder desechar completamente su naturaleza pecaminosa y ser transformado. Los pecados del hombre fueron perdonados gracias a la obra de la crucifixión de Dios, pero el hombre siguió viviendo en el viejo carácter satánico y corrupto. Así pues, el hombre debe ser completamente salvo de este carácter satánico corrupto para que la naturaleza pecadora del hombre sea del todo desechada y no se desarrolle más, permitiendo así que el carácter del hombre cambie. Esto requiere que el hombre entienda la senda del crecimiento en la vida, el camino de la vida, y el camino del cambio de su carácter. También necesita que el hombre actúe de acuerdo con esa senda, de forma que su carácter pueda ser cambiado gradualmente y él pueda vivir bajo el brillo de la luz y que pueda hacer todas las cosas de acuerdo con la voluntad de Dios, desechar el carácter satánico corrupto, y liberarse de la influencia satánica de las tinieblas, aflorando de este modo totalmente del pecado. Sólo entonces recibirá el hombre la salvación completa”.
“Aunque Jesús hizo mucha obra entre los hombres, sólo completó la redención de toda la humanidad, se convirtió en la ofrenda por el pecado del hombre, pero no lo libró de su carácter corrupto. Salvar al hombre totalmente de la influencia de Satanás no sólo requirió a Jesús cargar con los pecados del hombre como la ofrenda por el pecado, sino también que Dios realizara una obra mayor para librar completamente al hombre de su carácter, que ha sido corrompido por Satanás. Y así, después de que los pecados del hombre fueron perdonados, Dios volvió a la carne para guiar al hombre a la nueva era, y comenzó la obra de castigo y juicio, que llevó al hombre a una esfera más elevada. Todos los que se someten bajo Su dominio disfrutarán una verdad más elevada y recibirán mayores bendiciones. Vivirán realmente en la luz, y obtendrán la verdad, el camino y la vida”.
A partir de las palabras de Dios podemos ver que lo que el Señor Jesús hizo en la Era de la Gracia sólo era la obra de la redención de la humanidad en lugar de la de juzgar y purificar al hombre, por lo que las impurezas y corrupciones aún permanecen en nuestro interior. Si sólo nos aferramos a la obra de dicha era, el resultado que logramos simplemente es que nuestros pecados han sido perdonados, pero nuestra naturaleza pecaminosa sigue arraigando en nuestro interior y aún revelaremos los caracteres corruptos satánicos en cualquier momento, si es así, nunca podremos alcanzar la santidad, tampoco tendremos una oportunidad de entrar en el reino de los cielos. Por ende, si queremos ser santos y salir de la influencia de Satanás por completo, aún necesitamos que Dios haga una obra del juicio y de la purificación para transformarnos, siendo así, podremos liberarnos de los corruptos caracteres satánicos y vivir con la semejanza de una verdadera persona y obtener la auténtica salvación. Esto también ha cumplido lo que dice la Escritura: “a quienes la virtud de Dios conserva por medio de la fe para haceros gozar de la salud, que ha de manifestarse claramente en los últimos tiempos” (1 Pedro 1:4).
Dios dice: “Porque, en la Era de la Gracia, los demonios salían del hombre con la imposición de manos y la oración, pero los caracteres corruptos del hombre permanecían. El hombre fue curado de su enfermedad y se le perdonaron sus pecados, pero no se hizo en él la obra para poder expulsar los caracteres satánicos corruptos. El hombre sólo fue salvo y se le perdonaron sus pecados por su fe, pero su naturaleza pecaminosa no le fue quitada y permaneció en él. Los pecados del hombre fueron perdonados a través del Dios encarnado, pero eso no significa que el hombre no tenga pecado en él. Los pecados del hombre podían ser perdonados por medio de una ofrenda por el pecado, pero el hombre ha sido incapaz de resolver el problema de cómo no pecar más y cómo poder desechar completamente su naturaleza pecaminosa y ser transformado. Los pecados del hombre fueron perdonados gracias a la obra de la crucifixión de Dios, pero el hombre siguió viviendo en el viejo carácter satánico y corrupto. Así pues, el hombre debe ser completamente salvo de este carácter satánico corrupto para que la naturaleza pecadora del hombre sea del todo desechada y no se desarrolle más, permitiendo así que el carácter del hombre cambie. Esto requiere que el hombre entienda la senda del crecimiento en la vida, el camino de la vida, y el camino del cambio de su carácter. También necesita que el hombre actúe de acuerdo con esa senda, de forma que su carácter pueda ser cambiado gradualmente y él pueda vivir bajo el brillo de la luz y que pueda hacer todas las cosas de acuerdo con la voluntad de Dios, desechar el carácter satánico corrupto, y liberarse de la influencia satánica de las tinieblas, aflorando de este modo totalmente del pecado. Sólo entonces recibirá el hombre la salvación completa”.
“Aunque Jesús hizo mucha obra entre los hombres, sólo completó la redención de toda la humanidad, se convirtió en la ofrenda por el pecado del hombre, pero no lo libró de su carácter corrupto. Salvar al hombre totalmente de la influencia de Satanás no sólo requirió a Jesús cargar con los pecados del hombre como la ofrenda por el pecado, sino también que Dios realizara una obra mayor para librar completamente al hombre de su carácter, que ha sido corrompido por Satanás. Y así, después de que los pecados del hombre fueron perdonados, Dios volvió a la carne para guiar al hombre a la nueva era, y comenzó la obra de castigo y juicio, que llevó al hombre a una esfera más elevada. Todos los que se someten bajo Su dominio disfrutarán una verdad más elevada y recibirán mayores bendiciones. Vivirán realmente en la luz, y obtendrán la verdad, el camino y la vida”.
A partir de las palabras de Dios podemos ver que lo que el Señor Jesús hizo en la Era de la Gracia sólo era la obra de la redención de la humanidad en lugar de la de juzgar y purificar al hombre, por lo que las impurezas y corrupciones aún permanecen en nuestro interior. Si sólo nos aferramos a la obra de dicha era, el resultado que logramos simplemente es que nuestros pecados han sido perdonados, pero nuestra naturaleza pecaminosa sigue arraigando en nuestro interior y aún revelaremos los caracteres corruptos satánicos en cualquier momento, si es así, nunca podremos alcanzar la santidad, tampoco tendremos una oportunidad de entrar en el reino de los cielos. Por ende, si queremos ser santos y salir de la influencia de Satanás por completo, aún necesitamos que Dios haga una obra del juicio y de la purificación para transformarnos, siendo así, podremos liberarnos de los corruptos caracteres satánicos y vivir con la semejanza de una verdadera persona y obtener la auténtica salvación. Esto también ha cumplido lo que dice la Escritura: “a quienes la virtud de Dios conserva por medio de la fe para haceros gozar de la salud, que ha de manifestarse claramente en los últimos tiempos” (1 Pedro 1:4).
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Basándose en las palabras del Señor Jesús en la cruz, "Consumado es", los pastores y ancianos de los círculos religiosos suelen deducir que así concluyó la obra de Dios de salvación de la humanidad. Tras el regreso del Señor, los creyentes serían recibidos en el reino de los cielos sin necesidad de ninguna obra de purificación y salvación de la gente. ¿Concuerda este punto de vista de los pastores y ancianos con las palabras de Dios? En el fondo, ¿a qué se refería el Señor Jesús cuando afirmó "Consumado es" en la cruz? ¿Por qué querría Dios expresar la verdad en los últimos días, realizando la obra de juzgar y purificar a la gente? ¿Qué clase de personas realmente pueden entrar en el reino de los cielos?
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