Musica cristiana de adoracion y alabanza | Aquellos que conocen el gobierno de Dios se someterán a Su dominio
Musica cristiana de adoracion y alabanza | Aquellos que conocen el gobierno de Dios se someterán a Su dominio
I
Tras vivir durante décadas
conociendo la soberanía del Creador,
las personas aprecian realmente
el sentido y valor de la vida.
Sabiendo el propósito de la vida,
con experiencia y entendimiento
de la soberanía del Creador,
se someterán a Su autoridad.
Entienden por qué Dios creó al hombre
y que deben adorar al Creador,
que todo lo que poseen viene del Creador
y pronto regresará a Él.
Si uno ve la vida como una ocasión
para vivir la soberanía del Creador,
conocer Su autoridad,
la oportunidad de cumplir el deber;
si uno ve la vida como una ocasión
para cumplir su misión como ser creado,
tendrá la perspectiva correcta de la vida
y una vida bendita y guiada por Dios.
En la luz andará, verá Su soberanía,
estará bajo Su dominio,
y verá Sus actos y Su poderosa autoridad.
II
Así estas personas entenderán que,
con soberanía, el Creador
fija el nacimiento y la muerte del hombre,
predestinados por Su autoridad.
Al comprenderlo realmente,
podrán afrontar la muerte con tranquilidad,
abandonar sus posesiones e irse en paz.
En lugar de temer y luchar,
alegremente lo aceptarán y acogerán la coyuntura final
de la vida que fija el Creador.
Lo aceptarán sin problemas
y se someterán a todo lo que venga.
Si uno ve la vida como una ocasión
para vivir la soberanía del Creador,
conocer Su autoridad,
la oportunidad de cumplir el deber;
si uno ve la vida como una ocasión
para cumplir su misión como ser creado,
tendrá la perspectiva correcta de la vida
y una vida bendita y guiada por Dios.
En la luz andará, verá Su soberanía,
estará bajo Su dominio,
y verá Sus actos y Su poderosa autoridad.
De “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”
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En las Escrituras se dice acerca de Job: “Y murió Job, anciano y lleno de días” (Job 42:17). Esto significa que cuando Job falleció, no tuvo remordimientos y no sintió dolor, sino que partió de este mundo con naturalidad. Como todo el mundo sabe, Job fue un hombre que temió a Dios y se apartó del mal cuando estaba vivo; Dios elogió sus obras justas, las personas las recordaron, y su vida, más que la de nadie, tuvo valor y sentido. Job disfrutó de las bendiciones de Dios y fue llamado justo por Él sobre la tierra, y también fue probado por Dios y tentado por Satanás; se mantuvo como testigo de Dios y mereció ser calificado como una persona justa. Durante las varias décadas posteriores a haber sido puesto a prueba por Dios, vivió una vida incluso más valiosa, llena de sentido, fundamentada y apacible que antes. Debido a sus obras justas, Dios lo puso a prueba; debido a sus obras justas, Dios se le apareció y le habló directamente. Así, durante los años posteriores tras haber sido puesto a prueba, Job entendió y apreció el valor de la vida de una forma más práctica, alcanzó un entendimiento más profundo de la soberanía del Creador, y obtuvo un conocimiento más preciso e incuestionable de cómo el Creador da y quita Sus bendiciones. El libro de Job registra que Jehová Dios concedió a Job bendiciones incluso mayores que las que le había dado antes, colocándolo en una posición incluso mejor para conocer la soberanía del Creador y afrontar la muerte con calma. Así, cuando envejeció y afrontó la muerte, Job seguramente no habría estado preocupado por sus propiedades. No tenía preocupaciones, no tenía nada de lo que arrepentirse, y por supuesto no temía a la muerte; porque pasó toda su vida andando por el camino del temor de Dios y del apartarse del mal, y no tenía razón para preocuparse por su final. ¿Cuántas personas podrían actuar hoy de la forma en que Job lo hizo cuando afrontó su propia muerte? ¿Por qué no es nadie capaz de mantener esa actitud exterior tan simple? Sólo hay una razón: Job vivió su vida en la búsqueda subjetiva de la fe, el reconocimiento y la sumisión a la soberanía de Dios, y fue con esta fe, este reconocimiento y esta sumisión que él pasó por las coyunturas importantes en la vida, vivió sus últimos años y recibió la coyuntura final de su vida. Independientemente de lo que Job experimentó, sus búsquedas y objetivos en la vida fueron alegres, no dolorosos. Él no sólo estaba feliz por las bendiciones o los elogios concedidos a él por el Creador, sino más importante, por sus búsquedas y objetivos en la vida, por el conocimiento gradual y el entendimiento real de la soberanía del Creador que alcanzó a través del temor de Dios y del apartarse del mal, y además, por las maravillosas obras del Creador que Job experimentó personalmente durante su tiempo sometido a la soberanía del Creador, y las experiencias cariñosas e inolvidables, así como los recuerdos de la coexistencia, familiaridad y entendimiento mutuo entre él y Dios; por el consuelo y la felicidad que vinieron como consecuencia de conocer la voluntad de Dios; por la reverencia que surgió después de ver que Él es grande, maravilloso, adorable y fiel. La razón por la que Job fue capaz de afrontar la muerte sin ningún sufrimiento fue que sabía que, al morir, regresaría al lado del Creador. Y fueron sus búsquedas y logros en la vida lo que le permitieron afrontar la muerte con calma, afrontar la perspectiva del Creador llevándose su vida de vuelta, con un corazón tranquilo y, además, levantarse, impoluto y libre de preocupaciones, delante del Creador.
De ‘Dios mismo, el único III’ en "La Palabra manifestada en carne"
Fuente: Relámpago Oriental
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