La Biblia dice: “Pero ante todo sabed esto, que ninguna profecía de la Escritura es asunto de interpretación personal, pues ninguna profecía fue dada jamás por un acto de voluntad humana, sino que hombres inspirados por el Espíritu Santo hablaron de parte de Dios” (2 Pedro 1:20-21). “[...] que los ignorantes e inestables tuercen—como también tuercen el resto de las Escrituras—para su propia perdición” (2 Pedro 3:16). “porque la letra mata, pero el Espíritu da vida” (2 Corintios 3:6). Estos versículos nos dicen que no podemos interpretar las profecías literalmente confiando en nuestros conceptos e imaginaciones, porque las profecías son de Dios, y es sólo a través de la iluminación del Espíritu Santo que podemos entenderlas. Sin embargo, antes de que se cumplan las profecías, es fácil para nosotros confiar en nuestras propias nociones e interpretarlas literalmente. Esto hace que sea fácil interpretar mal las profecías. Y nuestras interpretaciones absurdas engañarán a otros. Por ejempl