Testimonios Cristianos-Calificación y Destino |
Testimonios Cristianos-Calificación y Destino
El sol abrasador del verano brillaba sobre el suelo y la gente sentía una extrema inquietud como si estuvieran dentro de un sauna.
En la sala de exámenes, Xiaoxiao, al igual que todos los candidatos en este examen, estaba impulsando su tarea hacia adelante, sumergiéndose en los papeles. Ignoró el sudor que recorría su frente ya que en ese momento no podía desperdiciar segundos valiosos. El examen de ingreso de la preparatoria fue el primer punto de inflexión de su vida, el cual sería importante para su futuro. Por lo tanto, ella creía que únicamente tendría buenas oportunidades en el futuro si obtenía una buena calificación.
Aunque su calificación no era muy buena y siempre aparecía en el grupo de estudiantes mediocres, ¿qué más podía hacer? La realidad es que en la escuela los profesores evalúan a los estudiantes con sus calificaciones. En casa los padres consideraban que las calificaciones eran tan preciosas como tesoros invaluables ya que creían que solo si sus hijos tenían buenas calificaciones serían admitidos en una buena escuela y eso les permitiría tener un buen trabajo y buenas oportunidades. Parecía que esta regla verbal fue implementada desde hace mucho tiempo y todos debían obedecerla.
El timbre de la campana anunció el final del examen.
Xiaoxiao salió del sala de exámenes con un caminar pesado. En ese momento sabía que el resultado había sido determinado sin importar si era bueno o malo. Regresó a casa con sentimientos complicados.
Xiaoxiao sintió que su corazón pesaba tanto como si hubiera una gran piedra dentro, durante los días en que esperaba los resultados. Temía que no la aceptarían en una preparatoria. Sin embargo, tarde o temprano tenía que enfrentarlo.
“Xiaoxiao, tu calificación es de 392”.
Xiaoxiao se levantó la cabeza sorprendida cuando escuchó su sentencia. Sabía perfectamente que esa calificación no le permitiría entrar a una buena preparatoria. ¿Qué podía hacer ella? Ella no lo sabía.
Xiaoxiao corrió a su habitación al regresar a casa y se lanzó llorando a su cama. Pensó que estaba condenada a ser una buena para nada toda su vida. ¿Tendría que entrar a una escuela secundaria técnica ahora que no la aceptaron en la preparatoria? Ella no estaba dispuesta a simplemente aprender una especialidad para mantenerse.
Xiaoxiao estaba acostada en su cama con el corazón pesado cuando escuchó a alguien tocar la puerta en una tarde varios días después.
Era la tía Li, una amiga de su madre.
Cuando la tía Li entró a la habitación Xiaoxiao se sentó con la cabeza inclinada, seguía sin hablar ni sonreír como siempre. Su tía sintió que algo malo le sucedía y le preguntó: “¿Qué te sucede Xiaoxiao? Te ves infeliz”. Ella le respondió en voz baja: “no me fue bien en el examen de admisión de la preparatoria y definitivamente no podré ir a la preparatoria. Y por eso no podré entrar a la universidad, ¿cómo será mi futuro? ¿Acaso se me arruinó el futuro?”
La tía Li le sonrió después de escuchar eso y respondió con tranquilidad: “Xiaoxiao, ¿crees que el destino está en nuestras manos? Hay muchos estudiantes como tú. Algunos no pueden ir a la universidad a pesar de sus esfuerzos mientras que otros pueden lograrlo con facilidad. Eso no está dentro de nuestro control. No podemos tener siempre el control de nuestro destino, de otro modo sería muy doloroso. Como dice el dicho, ‘La vida del hombre se decide por el Cielo’, debemos entregar nuestro destino a Dios y dejar que Él lo administre. Cómo fue tu futuro ya ha sido arreglado por Dios hace mucho tiempo, y no se decide por una buena formación académica”.
Xiaoxiao asintió, pero no estaba totalmente de acuerdo con su tía. Todavía creía que sólo podría tener un buen futuro si entraba a una preparatoria y una universidad de buena calidad.
Aunque insistió en su creencia, al verse enfrentada ante la realidad, no tenía más elección que ir a una secundaria técnica para aprender una especialidad.
Dos años después Xiaoxiao se enfrentaba a problemas de internado y empleo. Sentía arrepentimiento en su interior por el fracaso no entrar a la preparatoria debido a su mala calificación. Ella solía pensar que si entraba a una preparatoria quizás tendría un mejor futuro. En este momento se enfrentaba a nuevas dificultades. Ahora de acuerdo con los arreglos de la escuela, en ese día de elegir una pasantía, los estudiantes debían elegir una compañía apropiada de acuerdo a sus especialidades. Pero si no podían cumplir con los estándares de la compañía entonces no podrían conseguir un empleo. Además, habría un límite al número de empleados para cada compañía, y los estudiantes perderían su oportunidad si las vacantes se llenaran.
De regreso a casa, Xiaoxiao reflexionó en su mente y no sabía qué hacer. Un día, algunos de los amigos de su madre fueron a su casa y platicaron con ella. En ese entonces ella habló de sus problemas. Al escucharla, una tía le dijo: “Mi hija también una vez estuvo desorientada como tú, pero luego encontramos la respuesta en las palabras de Dios. Leamos juntas”.
La tía le leyó un pasaje de las palabras de Dios y dijo: “Algunas personas eligen una buena especialidad en la universidad y acaban encontrando un trabajo satisfactorio después de la graduación, dando una primera zancada triunfante en el viaje de su vida. Algunas personas aprenden y perfeccionan muchas habilidades distintas, pero nunca encuentran un trabajo adecuado para ellas o que se adapte a su posición, y mucho menos tienen una carrera; al principio del viaje de su vida se ven frustradas a cada paso, asediadas por los problemas, con sus perspectivas ensombrecidas y la vida incierta. Algunas personas se aplican diligentemente en sus estudios, pero se pierden por poco todas las oportunidades de recibir una mejor educación, y parecen destinadas a no conseguir nunca el éxito y a ver cómo sus primeras aspiraciones en el viaje de la vida se esfuman. Sin saber si el camino por delante es liso o pedregoso, sienten por primera vez lo lleno de variables que está el destino humano, y contemplan la vida con esperanza y temor. A pesar de no tener una educación demasiado buena, algunos escriben libros y consiguen algo de fama; algunos, aunque casi analfabetos, hacen dinero en los negocios y son por tanto capaces de sustentarse por sí solos…”.
Al leer esto Xiaoxiao no pudo evitar ser sacudido por las palabras de Dios. Ella sentía que Dios entendía muy bien a la humanidad. Además, justo como dicen las palabras de Dios, “lo lleno de variables que está el destino humano”, en efecto, muchas cosas no pueden lograrse como se planean a pesar del gran esfuerzo que le hayamos dedicado. Como ella, sin importar qué tanto se esforza al final su calificación era mala y no podía entrar a la preparatoria, lo cual parecía predestinado. Al recordar el tiempo en que sabía que no entraría a la preparatoria, pensó que su vida quedaría arruinada y sin sentido. Desde entonces ha estado confundida y temerosa sobre su futuro y no podía ver el camino que tenía frente a ella, mucho menos saber cómo dar cada paso del resto de su vida. Ahora las palabras de Dios indicaron claramente sus dificultades y sintió cómo la gran roca de su interior parecía perder peso, lo cual la llenó de felicidad. Por lo tanto, no podía esperar para continuar con la lectura.
Dios dice: “Qué ocupación elegir, cómo ganarse la vida: ¿tienen las personas algún control sobre la toma de buenas o malas decisiones? ¿Son estas acordes con sus deseos y decisiones? La mayoría de las personas desea poder trabajar menos y ganar más, no trabajar al sol ni bajo la lluvia, vestir bien, resplandecer y brillar en todas partes, estar por encima de los demás y honrar a sus ancestros. Los deseos de las personas son tan perfectos; pero cuando dan sus primeros pasos en el viaje de su vida, llegan a darse cuenta poco a poco de lo imperfecto que es el destino humano, y por primera vez comprenden realmente la realidad de que, aunque uno pueda hacer planes atrevidos para su futuro, aunque pueda albergar audaces fantasías, nadie tiene la capacidad ni el poder para materializar sus propios sueños, nadie está en posición de controlar su propio futuro. Siempre habrá alguna distancia entre los sueños y las realidades a las que se debe hacer frente; las cosas nunca son como a uno le gustaría que fuesen, y frente a tales realidades las personas no pueden conseguir satisfacción ni contentamiento. Algunas personas llegarán incluso hasta un punto inimaginable, realizarán grandes esfuerzos y sacrificios por el bien de su sustento y futuro, intentando cambiar su propio destino. Pero al final, aunque puedan materializar sus sueños y sus deseos a través de su propio trabajo duro, nunca pueden cambiar su destino. Por muy obstinadamente que lo intenten nunca podrán superar lo que el destino les ha asignado. Independientemente de las diferencias de capacidades, el coeficiente intelectual y la fuerza de voluntad, las personas son todas iguales ante el destino, que no hace distinción entre grandes y pequeños, altos y bajos, eminentes y humildes. A qué ocupación se dedica uno, qué se hace para vivir y cuánta riqueza se amasa en la vida es algo que no deciden los padres, los talentos, los esfuerzos ni las ambiciones propias: es el Creador quien lo predestina”.
Después de leer el pasaje de las palabras del Señor, Xiaoxiao sonrió y dijo: “es cierto. Hace tiempo pensaba tal y como dijo Dios e imaginaba que siempre y cuando tuviera una buena calificación podría tener un gran futuro. Pero al enfrentarme a la realidad quedé estupefacta. Resulta que nada está decidido por lo que pienso sino por la predestinación de Dios. Por fin lo entendí. En cuanto a la selección de trabajo dentro de unos días, creo que Dios ya ha decidido mi ocupación. No está en mis manos”.
La tía también sonrió y dijo: “¡Exacto! Ahora puedes ver cómo muchos jóvenes como tú viven en sufrimiento y confusión debido a que piensan que sólo con estudiar mucho podrán sobrevivir en esta cruel sociedad. Además, ¿cuántos estudiantes dedican toda su energía para obtener un diploma no pueden encontrar un trabajo satisfactorio? Algunos incluso quedan inmersos en la derrota debido a eso. De hecho, Dios ha acomodado el camino que recorrerán todos, incluyendo la educación, ocupación y otras cosas. Dios ha arreglado apropiadamente todas estas cosas, las cuales también nos benefician. Durante este periodo podemos esforzarnos y establecer una meta para seguirla, pero no podemos decidir el resultado. Por lo tanto, cuando tenemos obstáculos en nuestros trabajos y oportunidades, debemos tener un corazón para obedecer a Dios. Es decir, ‘Haz lo que seas capaz de hacer, y obedece la voluntad de Dios’. Eso no significa que debemos esperar negativamente, sino que, sin importar lo que hagamos o busquemos, debemos tener un corazón para obedecer, esperar y buscar a Dios. De este modo, sin importar el resultado, podemos enfrentarlo con calma y estar agradecido con Dios en lugar de ser doloroso y negativo en nuestros corazones cuando fracasamos en alcanzar la meta. Xiaoxiao, Dios nos dice estas palabras para que vivamos con una mente libre bajo las decisiones y soberanía de Dios. Dios nos ama, por lo que Él no está dispuesto a vernos sufrir por aquello que no nos pertenece y al final no obtendríamos nada más que dolor”.
Después de escuchar sus palabras, Xiaoxiao se conmovió. En este momento, comprendió realmente las intenciones sinceras de Dios, también supo que sus posibilidades no estaban decididas por sus calificaciones sino por la voluntad de Dios. Ahora el peso en su corazón había desaparecido y ya no se tenía que preocupar por cómo será su futuro, sino que ahora estaba dispuesta a enfrentarlo con calma. Porque sabía que su futuro habría sido preparado por Dios y lo único que debía hacer ahora era obedecer.
Varios días después Xiaoxiao contestó una llamada telefónica de la compañía a la que había enviado su currículum y le dijeron que la habían contratado y el puesto era exactamente el que deseaba. En ese momento Xiaoxiao le dio gracias a Dios desde el fondo de su corazón. Ella aún sería la persona perdida en la oscuridad incapaz de encontrar la luz de no ser por la guía de las palabras de Dios en ese entonces. Fueron las palabras de Dios las que le dieron dirección y le mostraron el verdadero sentido de la vida.
(Traducido del original en inglés al español por Carlos Ilich Valenzuela Quezada)
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