Película religiosa "El dulce aroma de la adversidad" Escena 2 - ¿Por qué el Partido Comunista de China reprime y persigue la fe religiosa de forma desenfrenada?
Película religiosa "El dulce aroma de la adversidad" Escena 2 - ¿Por qué el Partido Comunista de China reprime y persigue la fe religiosa de forma desenfrenada?
Desde el primer momento, el Partido Comunista de China ha reprimido, atacado y prohibido la fe religiosa de forma desenfrenada. Considera a los cristianos los mayores delincuentes del Estado. No vacila en emplear medidas revolucionarias para reprimirlos, capturarlos, perseguirlos e incluso matarlos. ¿Por qué motivos hace estas cosas? Los que creen en Dios honran a Dios por ser grande. Veneran a Dios y se centran en buscar la verdad y seguir el camino correcto en la vida. ¿Por qué el Partido Comunista de China habría de considerar enemigos a los cristianos? ¿Por qué es incompatible con la gente que cree en Dios? Este vídeo examinará los motivos por los que el Partido Comunista de China persigue la fe religiosa.
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De arriba abajo, y de principio a fin, ha estado perturbando a la obra de Dios, y actuando en discordia con Él. Toda la conversación de la herencia cultural antigua, valioso conocimiento de la antigua cultura, enseñanzas de taoísmo y confucionismo y los clásicos confucianos y ritos feudales ha llevado al hombre al infierno. La ciencia y la tecnología avanzada moderna, así como la industria, la agricultura y los negocios desarrollados no se ven por ningún sitio. Más bien, enfatizan sencillamente los ritos feudales propagados por los antiguos “simios” para interrumpir, oponerse y destruir deliberadamente la obra de Dios. No sólo ha afligido al hombre hasta hoy, sino que quiere consumirlo[6] por completo. La enseñanza del código de ética feudal y la transmisión del conocimiento de la antigua cultura han infectado al ser humano desde hace mucho, y lo han convertido en diablos grandes y pequeños. Sólo hay unos cuantos que recibirían de buena gana a Dios, y que acogerían con júbilo Su venida. El rostro del hombre está lleno de asesinato y, en todas partes, se respira un aire de muerte. Buscan expulsar a Dios de esta tierra; cuchillos y espadas en mano, se disponen en formación de batalla para aniquilarlo. Los ídolos están esparcidos por la tierra del diablo, donde constantemente se le enseña al hombre que no hay Dios. Esta tierra está impregnada de un olor nauseabundo a papel e incienso quemado, tan intenso que asfixia. Parece ser el olor del lodo que flota en el aire cuando la serpiente se retuerce y se enrosca, y basta para que el hombre no pueda evitar vomitar. Además, se puede oír, aunque a menor volumen, a los demonios malignos que salmodian las escrituras. Este sonido parece provenir del infierno remoto, y el hombre no puede evitar sentir un escalofrío. Por toda esta tierra hay ídolos esparcidos de todos los colores del arcoíris, que la convierten en un mundo deslumbrante, y el rey de los diablos mantiene una mueca maliciosa en su cara, como si su perverso complot hubiera tenido éxito. Mientras tanto, el hombre ignora todo esto por completo, sin saber tampoco que el diablo ya lo ha corrompido hasta tal extremo que se ha vuelto insensible y está derrotado. Desea borrar de un plumazo todo lo que es de Dios, insultarlo y asesinarlo de nuevo, e intenta derribar e interrumpir Su obra. ¿Cómo podría permitir que Dios fuera de un estatus igual? ¿Cómo puede tolerar que Dios “interfiera” con la obra entre los hombres? ¿Cómo puede dejar que Dios desenmascare su odioso rostro? ¿Cómo puede consentir que Dios interrumpa su obra? ¿Cómo podría este diablo, que echa humo de rabia, acceder a que Dios gobierne su corte de poder en la tierra? ¿Cómo podría reconocer de buen grado la derrota? Su odioso rostro se ha revelado tal como es; de ahí que uno no sepa si reír o llorar, y resulta verdaderamente difícil hablar de ello. ¿Acaso no es esta su esencia? Con un alma fea, sigue creyéndose increíblemente hermoso. ¡Esa banda de cómplices![7] Descienden entre los mortales para permitirse placeres y agitar el desorden. Su alboroto causa inconstancia en el mundo, provoca pánico en el corazón del hombre y lo han distorsionado tanto que parece una bestia de insoportable fealdad, que ya no posee el más mínimo rastro del hombre santo original. Incluso desean asumir el poder como tiranos en la tierra. Impiden la obra de Dios, de manera que apenas puede avanzar, y encierran al hombre como detrás de muros de cobre y acero. Habiendo cometido tantos pecados y causado tanto problema, ¿cómo podrían esperar otra cosa que no sea el castigo? Los demonios y los espíritus malignos han estado haciendo estragos en la tierra, han bloqueado la voluntad y el meticuloso esfuerzo de Dios, y los hace impenetrables. ¡Qué pecado mortal! ¿Cómo podría Dios no sentirse angustiado? ¿Cómo no airarse? Causan un doloroso obstáculo y oposición a la obra de Dios. ¡Demasiado rebeldes!
de ‘Obra y entrada (7)’ en “La Palabra manifestada en carne”
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