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¿Qué es que alguien haga la voluntad de Dios? ¿Y qué es el verdadero testimonio de fe en Dios?

La mayoría de la gente cree en Dios y lo sigue es por la gracia del Señor, pero ¿alguna vez hemos reflexionado que tener la fe en Dios solo para obtener gracia y disfrutar de bendiciones materiales? ¿Qué es exactamente creer en Dios? ¿Cómo creer en Dios pueden ser elogiados por Él? Por favor lee......

¿Qué es que alguien haga la voluntad de Dios? ¿Y qué es el verdadero testimonio de fe en Dios?

Versículos bíblicos como referencia:
“Entonces Job se levantó y rasgó su ropa; se afeitó la cabeza y cayó al suelo en adoración diciendo: ‘Salí desnudo del vientre de mi madre y desnudo regresaré a él; Jehová dio y Jehová quitó; bendito sea el nombre de Jehová’” (Job 1:20-21).*

“Y Dios dijo: Toma ahora a tu hijo, tu único, a quien amas, a Isaac, y ve a la tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré. Abraham se levantó muy de mañana, aparejó su asno y tomó con él a dos de sus mozos y a su hijo Isaac; y partió leña para el holocausto, y se levantó y fue al lugar que Dios le había dicho. […] Llegaron al lugar que Dios le había dicho y Abraham edificó allí el altar, arregló la leña, ató a su hijo Isaac y lo puso en el altar sobre la leña. Entonces Abraham extendió su mano y tomó el cuchillo para sacrificar a su hijo” (Génesis 22:2-3, 9-10).
Estos son los que no se han contaminado con mujeres, pues son castos. Estos son los que siguen al Cordero adondequiera que va. Estos han sido rescatados de entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero. En su boca no fue hallado engaño; están sin mancha” (Apocalipsis 14:4-5).
Las palabras relevantes de Dios:
Jesús fue capaz de completar la comisión de Dios —la obra de la redención de toda la humanidad—, porque Él se preocupaba mucho por la voluntad de Dios, sin Sus propios planes ni consideraciones personales. Él también era el íntimo de Dios, Dios mismo, algo que todos entendéis muy bien. (De hecho, era el Dios mismo, del que Dios dio testimonio; menciono esto aquí para ilustrar la cuestión mediante la realidad de Jesús). Él fue capaz de poner el plan de gestión de Dios como el centro mismo, y siempre oró al Padre celestial y buscó Su voluntad. Él oró, diciendo: “¡Dios Padre! Cumple lo que sea Tu voluntad, y no actúes según Mis propósitos; hazlo según Tu plan. El hombre puede ser débil, ¿pero por qué deberías preocuparte por él? ¿Cómo podría el hombre ser digno de Tu preocupación, el ser humano que es como una hormiga en Tu mano? En Mi corazón sólo deseo cumplir Tu voluntad, y quisiera que pudieras hacer lo que desearas en Mí, según Tus propios propósitos”. En el camino hacia Jerusalén, Jesús se sintió angustiado, como si le estuvieran retorciendo un cuchillo en el corazón, pero no tenía la más mínima intención de volverse atrás en Su palabra; siempre había una poderosa fuerza que lo empujaba hacia adelante hacia el lugar de Su crucifixión. Finalmente, fue clavado en la cruz y se convirtió en la semejanza de la carne pecaminosa, completando esa obra de redención de la humanidad, y levantándose por encima de los grilletes de la muerte y el Hades. Delante de Él, la mortalidad, el infierno y el Hades perdieron su poder, y Él los venció. Vivió treinta y tres años en los que siempre hizo todo lo que pudo para cumplir la voluntad de Dios, según la obra de Dios en ese momento, no considerando nunca Su propia ganancia o pérdida personal y pensando siempre en la voluntad de Dios Padre. Por ello, después de ser bautizado, Dios dijo de Él: “Este es mi Hijo amado en quien me he complacido”. Por Su servicio delante de Dios, que estaba en armonía con la voluntad de Dios, Dios colocó sobre Sus hombros la pesada carga de redimir a toda la humanidad y le hizo ir a cumplirla, y Él estaba calificado y autorizado para llevar a cabo esta importante tarea.
Extracto de ‘Cómo servir en armonía con la voluntad de Dios’ en “La Palabra manifestada en carne”
Los que sirven a Dios deben ser íntimos con Él; deben ser agradables para Dios y ser capaces de mostrar lealtad absoluta hacia Dios. Independientemente de si actúas a espaldas de las personas o delante de ellas, eres capaz de obtener el gozo de Dios delante de Él, de mantenerte firme delante de Él, e independientemente de cómo te traten otras personas, siempre caminarás por tu propia senda, y consideras la responsabilidad de Dios. Sólo así se es un íntimo de Dios. Que los íntimos de Dios sean capaces de servirle directamente se debe a que se les ha dado la gran comisión de Dios y la carga de Dios, a que son capaces de tomar el corazón de Dios como suyo y la carga de Dios como suya, y no analizan si ganan o pierden perspectiva: aun cuando no tengan expectativas ni obtengan nada, siempre creerán en Dios con un corazón amoroso. Por tanto, este tipo de persona es un íntimo de Dios. Los íntimos de Dios son también Sus confidentes; sólo estos podrían compartir Su inquietud, y Sus pensamientos, y aunque su carne es dolorosa y débil, son capaces de soportar el dolor y abandonar lo que aman para satisfacer a Dios. Dios da más cargas a esas personas y lo que Él desea hacer queda demostrado en el testimonio de esas personas. Así, estas personas son agradables para Dios, son siervos de Dios según Su corazón y sólo ellos pueden gobernar junto a Él.
Extracto de ‘Cómo servir en armonía con la voluntad de Dios’ en “La Palabra manifestada en carne
En su creencia en Dios, Pedro buscó satisfacerle en todas las cosas y obedecer todo lo que viniera de Él. Sin la más mínima queja, fue capaz de aceptar el castigo y el juicio, así como el refinamiento, la tribulación y las carencias en su vida, nada de lo cual pudo alterar su amor a Dios. ¿No es este el máximo amor a Dios? ¿No es esto el cumplimiento del deber de una criatura de Dios? Ya sea en el castigo, el juicio o la tribulación, siempre eres capaz de lograr la obediencia hasta la muerte y esto es lo que debe conseguir una criatura de Dios; esta es la pureza del amor a Dios. Si el hombre puede conseguir un tanto así, es una criatura calificada de Dios y no hay nada que satisfaga más el deseo del Creador.
Extracto de ‘El éxito o el fracaso dependen de la senda que el hombre camine’ en “La Palabra manifestada en carne”
Tan pronto como se menciona a Pedro, todo el mundo se llena de elogios, […] Prestó especial atención no sólo a comer y beber Mis palabras, sino, aún más, a comprender Mis intenciones, y fue constantemente prudente y cauteloso con sus pensamientos, por lo que siempre fue muy sagaz en su espíritu y, por ende, capaz de complacerme en todo lo que hacía. En la vida cotidiana, puso especial atención a integrar las lecciones de quienes habían fracasado en el pasado con el fin de incentivarse a sí mismo a poner mayor esfuerzo, profundamente temeroso de poder caer en las redes del fracaso. También puso especial empeño en asimilar la fe y el amor de todos aquellos que habían amado a Dios a lo largo de los siglos. De este modo, no sólo en los aspectos negativos, sino mucho más importante, en los aspectos positivos, aceleró el progreso de su crecimiento, hasta que se convirtió, en Mi presencia, en el ser humano que mejor me conoció. Por esta razón, no es difícil imaginar cómo pudo poner en Mis manos todo lo que tenía, dejando de ser dueño de sí mismo, incluso en lo referente a qué comer, cómo vestirse, dónde dormir o dónde alojarse, e hizo de satisfacerme en todas las cosas la base sobre la cual disfrutaba de Mi riqueza. Lo puse a prueba muchas veces —lo cual, por supuesto, lo dejó medio muerto— pero aun en medio de estos cientos de pruebas, ni una sola vez perdió la fe en Mí o se sintió desilusionado de Mí. Incluso cuando dije que ya lo había hecho a un lado, no fue débil de corazón ni cayó en la desesperación, sino que continuó como siempre, cumpliendo con sus principios para amarme de una manera práctica. Cuando le dije que, a pesar de que me amaba, Yo no lo elogiaría, sino que al final lo arrojaría a las manos de Satanás. En medio de estas pruebas, que no llegaron a tocar su carne, sino que fueron pruebas por medio de palabras, él continuó orándome: “¡Oh, Dios! Entre los cielos y la tierra y todas las cosas, ¿hay algún hombre, alguna criatura o alguna cosa que no esté en Tus manos, las del Todopoderoso? Cuando deseas mostrarme Tu compasión, mi corazón se regocija a causa de Tu misericordia; cuando deseas juzgarme, aunque yo pueda ser indigno, siento mucho más aún el misterio profundo de Tus obras, porque estás lleno de autoridad y sabiduría. Aunque mi carne pueda sufrir, soy consolado en mi espíritu; ¿cómo podría yo no ensalzar Tu sabiduría y Tus obras? Incluso si muriese después de llegar a conocerte, siempre estaría listo y dispuesto. ¡Oh, Todopoderoso! ¿Acaso no es porque no deseas que yo te vea? ¿Acaso no es que soy verdaderamente indigno de recibir Tu juicio? ¿Es acaso posible que haya algo en mí que no desees ver?”. En medio de este tipo de pruebas, a pesar de que Pedro no fue capaz de captar Mis intenciones con exactitud, es evidente que él consideraba cuestión de orgullo y gloria personal ser usado por Mí (aunque fuera sólo para recibir Mi juicio para que la humanidad pudiese ver Mi majestad y Mi ira) y se sintió todo, menos abatido, a causa de haber sido sometido a juicio. Por su lealtad en Mi presencia y debido a Mis bendiciones sobre él, se ha convertido en un ejemplo y un modelo para la humanidad durante miles de años.
Extracto de ‘Capítulo 6’ de Las palabras de Dios al universo entero en “La Palabra manifestada en carne”
Cuando Job pasó por primera vez por sus pruebas, fue despojado de todas sus propiedades y de sus hijos, pero el resultado no fue que cayera o dijera algo que supusiera pecar contra Dios. Había vencido las tentaciones de Satanás, sus bienes materiales y sus hijos, y la prueba de perder todas sus posesiones materiales, es decir, que fue capaz de obedecer a Dios al despojarlo y ofrecerle gracias y alabar a Dios por esa razón. Esta fue la conducta de Job durante la primera tentación de Satanás, y también su testimonio durante la primera prueba de Dios. En la segunda prueba, Satanás extendió su mano para afligir a Job, y aunque este experimentó un dolor mayor que el que hubiera sentido jamás, su testimonio seguía siendo suficiente para que todos quedaran atónitos. Usó su fortaleza, su convicción y su obediencia a Dios, así como su temor de Él, para derrotar una vez más a Satanás, y su conducta y testimonio fueron una vez más aprobados y favorecidos por Dios. Durante esta tentación, Job usó su conducta real para proclamarle a Satanás que el dolor de la carne no podía alterar su fe y su obediencia a Dios ni quitarle su consagración y temor a Dios; no renunciaría a Él ni abandonaría su perfección y rectitud por enfrentarse a la muerte. La determinación de Job hizo de Satanás un cobarde, su fe lo dejó apocado y temblando, la fuerza de su batalla a vida o muerte con Satanás alimentó en este un odio y un resentimiento profundos, su perfección y su rectitud lo dejaron sin nada más que poder hacerle, hasta el punto de que Satanás abandonó sus ataques sobre él y dejó de acusarlo delante de Jehová Dios. Esto significaba que Job había vencido al mundo, a la carne, a Satanás, a la muerte; era total y completamente un hombre que pertenecía a Dios. Durante estas dos pruebas, Job se mantuvo firme en su testimonio, vivió realmente su perfección y rectitud, y amplió el alcance de sus principios de vida de temer a Dios y apartarse del mal. Habiendo pasado por estas dos pruebas, en Job nació una experiencia más rica que lo hizo más maduro y experimentado, más fuerte, y de mayor convicción; aumentó su confianza en lo correcto y el valor de la integridad a la que se asía con firmeza. Las pruebas de Jehová Dios sobre Job le proporcionaron un profundo entendimiento, un hondo sentido de la preocupación de Dios por el hombre, y le permitieron sentir lo precioso de Su amor. Desde ese momento, a su temor de Dios se añadieron la consideración hacia Él y el amor por Él. Las pruebas de Jehová Dios no sólo no distanciaron a Job de Él, sino que acercaron su corazón a Él. Cuando el dolor carnal que Job soportó alcanzó su punto álgido, la preocupación que sintió de parte de Jehová Dios no le dio más elección que maldecir el día de su nacimiento. No planeó esa conducta con gran antelación, sino que fue una revelación natural surgida de la consideración y del amor hacia Dios desde el interior de su corazón; fue una revelación natural producida por su consideración y su amor hacia Dios. Es decir, al aborrecerse a sí mismo, ya no estaba dispuesto a atormentar a Dios ni podía soportarlo; su consideración y su amor alcanzaron el punto de la abnegación. En ese momento, Job elevó su adoración, su anhelo de Dios y su consagración a Él de toda la vida, hasta el nivel de la consideración y el amor. Al mismo tiempo, también elevó su fe en Dios, su obediencia a Él y su temor de Él hasta el nivel de la consideración y del amor. No se permitió hacer nada que dañase a Dios, ninguna conducta que pudiera herirlo ni causarle dolor, pesar, o incluso tristeza a Dios por culpa suya. A Sus ojos, aunque Job seguía siendo el de antes, su fe, su obediencia y su temor de Él le habían producido una satisfacción y un disfrute completos. En este momento, Job había alcanzado la perfección que Dios esperaba que alcanzara, se había convertido en alguien verdaderamente digno de ser llamado “perfecto y recto” a Sus ojos. Sus hechos justos le permitieron vencer a Satanás y mantenerse firme en su testimonio de Dios. También lo perfeccionaron, y permitieron que el valor de su vida se incrementara y trascendiera más que nunca, y que él fuera la primera persona a la que Satanás ya no atacara ni tentara más. Como Job era justo, Satanás lo acusó y lo tentó; como era justo, le fue entregado; y como era justo, lo venció y lo derrotó, y se mantuvo firme en su testimonio. De ahí en adelante, Job pasó a ser el primer hombre que nunca más sería entregado a Satanás. Job compareció realmente delante del trono de Dios, y vivió en la luz, bajo Sus bendiciones, sin el espionaje o la ruina de Satanás… A los ojos de Dios, se había convertido en un hombre de verdad, había sido liberado…
Extracto de ‘La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo II’ en “La Palabra manifestada en carne”
Puedes decir que has sido conquistado, pero ¿puedes obedecer hasta la muerte? Debes ser capaz de seguir hasta el mismo final independientemente de si hay algunas perspectivas, y no debes perder la fe en Dios independientemente del entorno. En última instancia, debes lograr dos aspectos del testimonio: el testimonio de Job —la obediencia hasta la muerte— y el de Pedro —el amor supremo a Dios—. En un aspecto, debes ser como Job: no tenía posesiones materiales, y estaba agobiado por el dolor de la carne, pero no abandonó el nombre de Jehová. Este fue el testimonio de Job. Pedro fue capaz de amar a Dios hasta la muerte. Cuando murió —cuando lo pusieron en la cruz— seguía amando a Dios; no pensó en sus propias perspectivas de futuro ni buscó esperanzas gloriosas o pensamientos extravagantes, y sólo buscó amar a Dios y obedecer todas Sus disposiciones. Así es el estándar que debes lograr antes de que se pueda considerar que has dado testimonio, antes de pasar a ser alguien que ha sido perfeccionado tras haber sido conquistado.
Extracto de ‘La verdad interna de la obra de conquista (2)’ en “La Palabra manifestada en carne”
¿Qué es exactamente el testimonio verdadero? El testimonio del que se habla aquí tiene dos partes: una es el testimonio de haber sido conquistado y la otra es el testimonio de haber sido perfeccionado (lo cual, naturalmente, será el testimonio tras las mayores pruebas y tribulaciones del futuro). En otras palabras, si eres capaz de permanecer firme durante las tribulaciones y las pruebas, entonces habrás dado el segundo paso del testimonio. Lo que es crucial hoy es el primer paso de dar testimonio: ser capaz de mantenerse firme durante cada una de las pruebas de castigo y de juicio. Este es el testimonio de haber sido conquistado. Eso es porque ahora es el momento de la conquista. (Debes saber que ahora es el momento de la obra de Dios en la tierra; la obra principal de Dios encarnado en la tierra es conquistar a este grupo de personas en la tierra que lo siguen a través del juicio y castigo). Si eres o no capaz de dar testimonio de haber sido conquistado, no sólo depende de si puedes seguir hasta el final, sino, más importante aún, si a medida que experimentas cada paso de la obra de Dios, eres capaz de tener el verdadero entendimiento del castigo y del juicio de Dios, y de si realmente percibes toda esta obra. No serás capaz de salir del paso meramente siguiendo hasta el final. Debes ser capaz de rendirte voluntariamente durante cada uno de los castigos y juicios, debes ser capaz de entender verdaderamente cada paso de la obra que experimentes y debes ser capaz de alcanzar conocimiento y obediencia al carácter de Dios. Este es el testimonio definitivo de ser conquistado que se requiere que des. El testimonio de ser conquistado se refiere principalmente a tu conocimiento de la encarnación de Dios. Crucialmente, este paso del testimonio se refiere a la encarnación de Dios. No importa lo que hagas o digas ante la gente del mundo o ante los que ejercen el poder; lo que importa es, sobre todo, si eres capaz de obedecer todas las palabras que salen de la boca de Dios y toda Su obra. Por lo tanto, este paso del testimonio está dirigido a Satanás y a todos los enemigos de Dios; a los demonios y a los enemigos que no creen que Dios se convertirá en carne por segunda vez y que vendrá a hacer una obra aún mayor y, además, a los que no creen en el hecho de que Dios vuelva a la carne. En otras palabras, está dirigido a todos los anticristos; es decir, a todos los enemigos que no creen en la encarnación de Dios.
[…]
El último paso del testimonio es si eres capaz o no de ser perfeccionado; es decir, habiendo entendido todas las palabras habladas por la boca de Dios encarnado, llegas a poseer el conocimiento de Dios y estás seguro de Él, vives todas las palabras que salieron de la boca de Dios, y alcanzas las condiciones que Dios te pide, el estilo de Pedro y la fe de Job, de tal manera que puedas obedecer hasta la muerte, entregarte completamente a Él y que, en última instancia, logres una imagen de hombre que esté a la altura, lo que significa poseer la imagen de una persona que ha sido conquistado y perfeccionado después de experimentar el juicio y castigo de Dios. Este es el testimonio definitivo, es el testimonio que debe dar alguien que finalmente ha sido perfeccionado.
Extracto de ‘Práctica (4)’ en “La Palabra manifestada en carne”
Dar un testimonio contundente de Dios tiene relación principalmente con que tengas o no un entendimiento del Dios práctico, y con que seas o no capaz de obedecer ante esa persona que no sólo es corriente, sino normal, e incluso obedecer hasta la muerte. Si das verdaderamente un testimonio de Dios por medio de esta obediencia, eso significa que Dios te ha obtenido. Ser capaz de obedecer hasta la muerte, y estar libre de quejas ante Él, no emitir juicios, no difamar, no tener nociones ni ningún otro propósito, esta es la forma en que Dios obtendrá gloria. La obediencia ante una persona corriente, a la que el hombre mira con desprecio, y ser capaz de obedecer hasta la muerte sin noción alguna, esto es un testimonio verdadero. La realidad a la que Dios exige que entren las personas es ser capaz de obedecer Sus palabras, de ponerlas en práctica, de inclinarse ante el Dios práctico y conocer la propia corrupción; ser capaz de abrir el corazón ante Él y, al final, ser ganado por Él a través de estas palabras suyas. Dios obtiene gloria cuando estas palabras te conquistan y te hacen totalmente obediente a Él; a través de esto, Él avergüenza a Satanás, y completa Su obra. Cuando tú no tienes noción alguna de la practicidad del Dios encarnado, es decir, cuando te mantienes firme en esta prueba, entonces das un buen testimonio.
Extracto de ‘Aquellos que de verdad aman a Dios son los que pueden someterse completamente a Su practicidad’ en “La Palabra manifestada en carne”
Cuando Él venga, las personas deberían disfrutar de Su majestad y de Su ira, pero, por muy duras que sean Sus palabras, Él viene a salvar y a perfeccionar a la humanidad. Como criaturas, las personas deberían cumplir las obligaciones que son su deber, y mantenerse como testigos de Dios en medio del refinamiento. En cada prueba deberían conservar el testimonio oportuno, y dar un testimonio resonante por Dios. Esto es un vencedor. Independientemente de cómo te refine Dios, te mantienes lleno de confianza y nunca pierdes la confianza en Él. Haz lo que el hombre debería hacer. Esto es lo que Dios exige del hombre, y su corazón debería ser capaz de regresar por completo a Él y acudir a Él en cada momento. Esto es un vencedor. Aquellos a los que Dios alude como vencedores son los que siguen siendo capaces de mantenerse como testigos, de conservar su confianza, y su devoción a Dios cuando están bajo la influencia de Satanás y bajo su asedio, es decir, cuando están entre las fuerzas de las tinieblas. Si sigues siendo capaz de mantener un corazón puro y tu amor genuino por Dios pase lo que pase, te mantienes como testigo ante Él, y esto es a lo que Él se refiere como ser un vencedor.
Extracto de ‘Debes mantener tu lealtad a Dios’ en “La Palabra manifestada en carne”
En cada paso de la obra que Dios hace en las personas, externamente parece que se producen interacciones entre las personas, como nacidas de disposiciones humanas, o de la interferencia humana. Sin embargo, detrás de bambalinas, cada etapa de la obra, y todo lo que acontece, es una apuesta hecha por Satanás delante de Dios, y exige que las personas se mantengan firmes en su testimonio de Dios. Mira cuando Job fue probado, por ejemplo: detrás de la escena, Satanás estaba haciendo una apuesta con Dios, y lo que aconteció a Job fue obra de los hombres, y la interferencia de estos. Detrás de cada paso que Dios hace en vosotros está la apuesta de Satanás con Él, detrás de todo ello hay una batalla. Por ejemplo, si tienes prejuicios hacia los hermanos y hermanas, tendrás palabras que querrás decir —palabras que sientes que pueden ser desagradables para Dios—, pero que, si no las dices, te producirán una incomodidad interna y, en ese momento, una batalla comenzará dentro de ti: “¿Hablo o no hablo?”. Esta es la batalla. Por tanto, en todo aquello con lo que te encuentres hay una batalla, y cuando se produce una en tu interior, gracias a tu cooperación y tus sufrimientos reales, Dios obra en ti. En última instancia, dentro de ti eres capaz de poner el asunto a un lado y el enojo se extingue de forma natural. Ese es el efecto de tu cooperación con Dios. Todo lo que las personas hacen requiere que paguen un determinado precio en sus esfuerzos. Sin dificultades reales no pueden satisfacer a Dios; ni siquiera se acercan a ello, ¡y sólo están repitiendo eslóganes vacíos! ¿Pueden estos eslóganes vacíos satisfacer a Dios? Cuando Él y Satanás luchan en el ámbito espiritual, ¿cómo deberías satisfacer a Dios? ¿Y cómo deberías mantenerte firme en tu testimonio de Él? Deberías saber que todo lo que te ocurre es una gran prueba y el momento en que Dios necesita que des testimonio. Externamente podrían no parecer mucho, pero cuando estas cosas ocurren muestran si amas o no a Dios. Si lo haces, serás capaz de mantenerte firme en tu testimonio de Él, y si no has puesto en práctica el amor a Dios, esto muestra que no eres alguien que pone en práctica la verdad, que no la tienes ni tienes vida, ¡que eres paja! Todo lo que acontece a las personas tiene lugar cuando Dios necesita que se mantengan firmes en su testimonio de Él. No te ha ocurrido nada importante por el momento, y no das un gran testimonio, pero cada detalle de tu vida diaria tiene relación con el testimonio de Dios. Si puedes obtener la admiración de los hermanos y hermanas, tus familiares, y todos a tu alrededor; si un día llegan los incrédulos, y admiran todo lo que haces, y ven que todo lo que Dios hace es maravilloso, habrás dado testimonio. Aunque no tienes percepción y tu calibre es pobre, por medio de tu perfeccionamiento por parte de Dios, podrás satisfacerlo y ser consciente de Su voluntad, y llegas a ver qué gran obra ha hecho Él en personas del calibre más pobre. Llegan a conocer a Dios, se vuelven vencedores delante de Satanás y leales a Dios hasta cierto punto. Por tanto, nadie tendrá más agallas que este grupo de personas. Este será el mayor testimonio.
Extracto de ‘Solo amar a Dios es realmente creer en Él’ en “La Palabra manifestada en carne”
Hoy puedes buscar ser perfeccionado o buscar cambios en tu humanidad externa y mejoras en tu calibre; pero es de principal importancia que puedas entender que todo lo que Dios hace hoy tiene significado y es beneficioso: te permite vivir en una tierra de inmundicia para escapar de esta y sacudirte de ella, te permite superar la influencia de Satanás, y dejar atrás su oscura influencia; centrándote en estas cosas estás protegido en esta tierra de inmundicia. En última instancia, ¿qué testimonio se te pedirá que des? Vives en una tierra de inmundicia, pero eres capaz de volverte santo, y no ser más inmundo e impuro; vives bajo el campo de acción de Satanás, pero te despojas de su influencia, y él no te posee ni hostiga, y vives en las manos del Todopoderoso. Este es el testimonio y la prueba de la victoria en la batalla con Satanás. Eres capaz de abandonar a Satanás, lo que vives no le revela a este, sino que es lo que Dios exigió que el hombre alcanzara cuando lo creó: humanidad, razón, perspectivas normales, determinación normal de amar a Dios y lealtad a Él. Tal es el testimonio dado por una criatura de Dios. Dices: “Vivimos en una tierra de inmundicia, pero gracias a la protección de Dios, a Su liderazgo, a que nos ha conquistado, nos hemos librado de la influencia de Satanás. Que podamos obedecer hoy es también el efecto de ser conquistados por Dios, y no porque seamos buenos, o porque le amamos de forma natural. Porque Él nos escogió y nos predestinó, hemos sido conquistados hoy, somos capaces de dar testimonio de Él, y podemos servirle; así también, gracias a que Él nos escogió y nos protegió, hemos sido salvados y liberados del campo de acción de Satanás, y podemos dejar atrás la inmundicia y ser purificados en la nación del gran dragón rojo”. Además, lo que vives externamente mostrará que posees una humanidad normal, que hay racionalidad en lo que dices y que vives la semejanza de una persona adecuada. Cuando otros os vean, no deberíais provocar que digan: “¿no es esta la imagen del gran dragón rojo?”. La conducta de las hermanas es impropia de una hermana, la conducta de los hermanos es impropia de un hermano, y no tienes nada del decoro de los santos. Entonces las personas dirían: “No es de extrañar que Dios dijera que son los descendientes de Moab, ¡Dios estaba totalmente en lo cierto!”. Si las personas os miran y dicen: “Aunque Dios dijo que sois los descendientes de Moab, lo que vivís ha demostrado que habéis dejado atrás la influencia de Satanás; aunque esas cosas siguen estando dentro de vosotros, sois capaces de traicionarlas, eso demuestra que habéis sido conquistados completamente”, vosotros que habéis sido conquistados y salvados diréis: “Es cierto que somos los descendientes de Moab, pero Dios nos ha salvado, y aunque el pueblo de Israel solía abandonar y maldecir, así como exiliar entre los gentiles a los descendientes de Moab, hoy Dios nos ha salvado. Es cierto que somos el más corrupto de todos los pueblos —Dios decretó esto—, es una realidad, innegable para todos. Pero hoy hemos escapado de esa influencia. Detestamos a nuestro antepasado, estamos dispuestos a darle la espalda, a abandonarlo totalmente y obedecer todas las disposiciones de Dios, actuando según Su voluntad y logrando Sus exigencias a nosotros, alcanzando la satisfacción de la voluntad de Dios. Moab traicionó a Dios, no actuó según Su voluntad, y fue aborrecido por Dios. Pero deberíamos preocuparnos por el corazón de Dios, y hoy, como entendemos Su voluntad, no podemos traicionarlo, ¡y debemos renunciar a nuestro antiguo antepasado!”.
Extracto de ‘La verdad interna de la obra de conquista (2)’ en “La Palabra manifestada en carne”
En cuanto Dios se convierte en la vida de las personas, estas se vuelven incapaces de abandonarlo. ¿Acaso no es este un acto de Dios? ¡No hay testimonio más grande! Dios ha obrado hasta cierto punto; ha dicho que la gente debe prestar servicio, ser castigada o morir, y la gente no se ha apartado, lo que demuestra que Dios la ha conquistado. Los que tienen la verdad son aquellos que, en su experiencia real, saben mantenerse firmes en su testimonio, mantenerse firmes en su posición, permanecer del lado de Dios sin retroceder jamás y tener una relación adecuada con las personas que aman a Dios, las cuales, ante lo que les sucede, son capaces de obedecer totalmente a Dios y obedecerlo hasta la muerte. Tu práctica y tus revelaciones en la vida real son testimonio de Dios, lo que vive el hombre y testimonio de Dios, y este es el auténtico goce del amor de Dios; a estas alturas de tu experiencia habrás obtenido las consecuencias correspondientes.
Extracto de ‘Quienes aman a Dios vivirán por siempre en Su luz’ en “La Palabra manifestada en carne”
Some Scriptures taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation
No es difícil de entender el significado literal de “la fe en Dios”, pero para lograr una verdadera creencia en Dios se requiere comprender mucha verdad. Haga clic en WhatsApp para discutir con nosotros.

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