Vídeo de música cristiana | Ningún hombre puede hacer la obra de Dios en Su lugar
Verso 1
Dios mismo lleva a cabo Su plan de gestión.
Y primero Dios mismo el mundo creó;
el único que pudo crear al hombre es Dios.
La segunda etapa fue para redimirlos a todos,
sólo Dios mismo podría completar el plan.
En la tercera etapa, toda la obra de Dios concluirá.
Coro
Sólo Dios puede Su obra hacer,
ningún hombre puede ocupar Su lugar.
Sólo Dios puede Su obra hacer
desde el principio hasta hoy.
Aunque cada etapa se lleve a cabo
en diferentes eras y lugares,
toda la obra la hizo un solo Dios.
Lo que el hombre más debe saber.
Sólo Dios puede Su obra hacer,
sólo Dios puede Su obra hacer,
sólo Dios puede Su obra hacer.
Verso 2
Dios mismo lleva a cabo Su plan de gestión.
Redimió al hombre, luego lo conquista y perfecciona.
Y para que Él derrote a Satanás,
se gane a la humanidad y le dé una vida normal,
Él obra entre los hombres y los lidera;
y todo Su plan de gestión, Él mismo debe hacer.
Coro
Sólo Dios puede Su obra hacer,
ningún hombre puede ocupar Su lugar.
Sólo Dios puede Su obra hacer
desde el principio hasta hoy.
Aunque cada etapa se lleve a cabo
en diferentes eras y lugares,
toda la obra la hizo un solo Dios.
Lo que el hombre más debe saber.
Sólo Dios puede Su obra hacer.
Puente
Jehová hizo al hombre, por su especie lo ordenó.
En los últimos días, Él obrará
y a todos clasificará, nadie podría ocupar Su lugar.
Los tres pasos de la obra son cómo Dios guía a la humanidad.
Al pasar las etapas,
todo estará bajo Su dominio.
Coro
Sólo Dios puede Su obra hacer,
ningún hombre puede ocupar Su lugar.
Sólo Dios puede Su obra hacer
desde el principio hasta hoy.
Aunque cada etapa se lleve a cabo
en diferentes eras y lugares,
toda la obra la hizo un solo Dios.
Lo que el hombre más debe saber.
Lo que el hombre más debe saber.
De “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”
Tras ver el vídeo cristiano, quiero compartir las palabras de Dios con usted:
En la gestión de Dios, el hombre no puede sustituir a Dios. En particular, la obra de dirigir la era y lanzar una nueva obra tiene mayor necesidad de que las realice Dios mismo personalmente. Darle revelación al hombre y proporcionarle profecía, es algo que el hombre puede hacer, pero si es una obra que Dios tiene que hacer personalmente, la obra de la batalla entre Dios mismo y Satanás, el ser humano no puede llevar a cabo dicha obra. Durante la primera etapa de la obra, cuando no había batalla con Satanás, Jehová dirigió personalmente al pueblo de Israel usando la profecía pronunciada por los profetas. Después, la segunda etapa de la obra fue la batalla con Satanás, y Dios mismo, personalmente, se encarnó y vino en la carne para llevar a cabo esta obra. Cualquier cosa que implique la batalla contra Satanás también conlleva la encarnación de Dios, lo que significa que esta batalla no puede ser librada por el hombre. Si el hombre tuviera que pelear, sería incapaz de derrotar a Satanás. ¿Cómo podría tener la fuerza de luchar contra él, cuando aún sigue bajo su campo de acción? El hombre está en medio: si te inclinas hacia Satanás, entonces le pertenecerás a él; sin embargo, si satisfaces a Dios, entonces le perteneces. Si el hombre tratara de sustituir a Dios en la obra de esta batalla, ¿sería capaz de hacerlo? De hacerlo, ¿no habría perecido hace ya mucho tiempo? ¿No habría entrado en el inframundo hace ya largo tiempo? Por ello, el hombre es incapaz de reemplazar a Dios en Su obra, lo que significa que el hombre no tiene la esencia de Dios y si tú pelearas con Satanás, serías incapaz de derrotarlo. El hombre sólo puede realizar alguna obra; puede ganar a algunas personas, pero no puede sustituir a Dios en la obra de Dios mismo. ¿Cómo podría el hombre luchar con Satanás? Este te retendría cautivo antes de que empezaras siquiera. Sólo cuando Dios mismo libra una batalla con Satanás, y el hombre sigue y obedece a Dios sobre esta base, puede el hombre ser ganado por Dios y escapar de las ataduras de Satanás. Las cosas que el hombre puede lograr con su propia sabiduría y capacidades son demasiado limitadas; es incapaz de hacer al hombre completo, de dirigirlo y, además, de derrotar a Satanás. La inteligencia y la sabiduría del hombre son incapaces de frustrar las intrigas de Satanás; ¿cómo podría, pues, el hombre luchar con él?
De ‘Restaurar la vida normal del hombre y llevarlo a un destino maravilloso’ en "La Palabra manifestada en carne"
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