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¿cuál exactamente es la diferencia entre las palabras expresadas por Dios encarnado y las palabras dichas por alguien con la iluminación del Espíritu Santo?

Pregunta 31: Dais testimonio de que las palabras expresadas por Dios Todopoderoso en “La Palabra manifestada en carne” son declaraciones de la boca de Dios mismo, pero nosotros creemos que son las palabras de alguien que ha sido iluminado por el Espíritu Santo. Por lo tanto, a lo que me gustaría buscar es, ¿cuál exactamente es la diferencia entre las palabras expresadas por Dios encarnado y las palabras dichas por alguien con la iluminación del Espíritu Santo?


Todo cuanto expresa Dios Todopoderoso es la verdad y La Palabra manifestada en carne es, de hecho, el conjunto de declaraciones de Dios Todopoderoso, la segunda venida del Señor Jesús. Todos aquellos con corazón y espíritu lo aceptarán sin reservas al ver Su palabra, reconocerán que es la voz de Dios y se postrarán ante Dios. Sin embargo, todavía hay quienes creen que las palabras de Dios expresadas por Dios Todopoderoso en los últimos días están meramente escritas por un hombre inspirado por el Espíritu Santo y no creen que sean en realidad la palabra de Dios. Esto demuestra que nuestra fe en Dios no implica necesariamente que conozcamos a Dios, que no sabemos diferenciar la palabra de Dios de las palabras del hombre ni tampoco distinguimos claramente las palabras que concuerdan con la verdad de la propia verdad. De hecho, hay una diferencia muy precisa entre las palabras que concuerdan con la verdad y la propia verdad. La palabra de Dios es verdad, eso es innegable, pero las palabras del hombre, en el mejor de los casos, simplemente concuerdan con la verdad. Si comparáramos las palabras del hombre que concuerdan con la verdad con la palabra de Dios, ¿no habría alguna diferencia real? ¿En serio no se percibiría la diferencia? ¿Puede afirmarse que alguien posee la verdad si ha experimentado y conoce la palabra de Dios? Si una persona pronuncia palabras que concuerdan con la verdad, ¿quiere eso decir que expresa la verdad? Los santos de las eras anteriores manifestaron muchas cosas acordes con la verdad; ¿es posible analizarlas en los mismos términos que la verdad expresada por Dios? Quienes realmente entienden y reconocen la verdad encuentran una diferencia muy significativa entre las palabras acordes con la verdad y la propia verdad. Los únicos que las confunden son aquellos que no entienden la verdad o no la reconocen. Para distinguir las palabras que concuerdan con la verdad de la verdad, debemos saber exactamente qué es la verdad. Los que tenemos fe en el Señor hemos leído muchas de Sus palabras, reconocemos la autoridad y el poder que poseen y, además, somos capaces de percibir que sólo la palabra del Señor es la verdad. Nunca experimentaremos del todo la verdad y, por mucha experiencia o comprensión de la verdad que tengamos, jamás nos atreveríamos a afirmar que la poseemos en su totalidad ni que tenemos auténtica comprensión de Dios. En el mundo religioso hay muchos pastores y ancianos que se atreven a interpretar la Biblia, pero no a interpretar la palabra de Dios según sus deseos. Nadie en toda la humanidad se atreve a decir que entiende la palabra de Dios ni que comprende la verdad. Esto indica que la esencia de la verdad es sumamente profunda y solamente Dios la puede expresar. Cuando el hombre experimenta la obra de Dios, sólo puede comprender la verdad hasta cierto punto, adentrarse en una parte de sus realidades y decir algunas cosas que concuerdan con ella; no se puede esperar más que eso. Sin embargo, jamás podrá poseer ni expresar la verdad. Eso es un hecho. En eras anteriores, los santos manifestaron muchas cosas acordes con la verdad, pero nadie se atrevería a decir que esas palabras son la verdad. Entonces, ¿qué es exactamente la verdad? Dios expresa la verdad y únicamente Cristo es la verdad, el camino y la vida. Todo cuanto dice Dios es la verdad, todo ello representa Su carácter y lo que Él es y tiene, y Sus palabras están llenas de Su omnipotencia y sabiduría. Con Sus palabras, Dios creó los cielos, la tierra y todas las cosas, y utiliza Sus palabras para Su obra de salvación de la humanidad; todo se consigue por las palabras de Dios. Todos los que han experimentado la obra de Dios comprueban el poder y la omnipotencia de las palabras de Dios, lo que demuestra que sólo Dios puede expresar la verdad. El poder de la verdad y su naturaleza eterna son insondables para la humanidad; solamente la verdad es eterna y coexiste con Dios. Es eterna e inmutable. Si la humanidad recibe la verdad para que sea su vida, habrá alcanzado la vida eterna. Tiene una honda relevancia el hecho de que Dios otorgue la verdad al hombre para que este la reciba como su vida. Tal como dice Dios Todopoderoso: “La verdad expresada en el lenguaje humano es el aforismo del hombre; la humanidad nunca la experimentará plenamente, y debería vivir confiando en ella. Un trozo de verdad puede permitir a toda la humanidad sobrevivir durante miles de años".

La verdad es la vida de Dios mismo, y representa Su propio carácter, Su propia esencia, todo lo que hay en Él” (‘¿Sabes qué es realmente la verdad?’ en “Registros de las pláticas de Cristo”).

La verdad es el más real de los aforismos de la vida, y el más alto de tales aforismos en toda la humanidad. Debido a que es el requisito que Dios hace al hombre, y es la obra realizada personalmente por Dios, que esta es la razón por la que se llama el aforismo de la vida. No es un aforismo que se resume de algo, ni tampoco es una famosa cita de una gran figura; sino que es la declaración del Soberano de los cielos y la tierra y de todas las cosas, a la humanidad, y no algunas palabras resumidas por el hombre, sino que es la vida inherente de Dios. Y por ello es que se le llama el más alto de los aforismos de la vida” (‘Sólo los que conocen a Dios y Su obra pueden satisfacer a Dios’ en “La Palabra manifestada en carne”).

La verdad viene del mundo del hombre, pero la verdad entre los hombres es transmitida por Cristo. Se origina en Cristo, es decir, en Dios mismo, y es inalcanzable para el hombre” (‘El éxito o el fracaso dependen de la senda que el hombre camine’ en “La Palabra manifestada en carne”).

¿Por qué no es posible afirmar que las palabras del hombre que concuerdan con la verdad son la verdad? Porque las palabras del hombre acordes con la verdad simplemente representan su experiencia y conocimiento de la verdad y son consecuencia de la obra del Espíritu Santo. El Espíritu Santo obra para dar esclarecimiento a las personas y hacer que poco a poco entiendan la verdad y se adentren en sus realidades con arreglo a su estatura espiritual real de ese momento. Cada vez que el Espíritu Santo da esclarecimiento a las personas, les proporciona nada más que una comprensión parcial de la luz de la verdad y un exiguo conocimiento de la realidad de la verdad. El Espíritu Santo nunca le brindaría al hombre la esencia completa de la verdad de un solo golpe, pues el hombre no sería capaz de alcanzarla ni de experimentarla. Lo que dice el hombre de acuerdo con la verdad es una comprensión y una experiencia de la verdad muy superficial y limitada, alejada de la esencia de la verdad. Está muy por debajo del nivel de la verdad, así que no se puede alegar que sea la verdad. Incluso si lo que dice el hombre está inspirado por el esclarecimiento y la iluminación del Espíritu Santo y concuerda plenamente con la verdad, es exclusivamente para que el hombre se ilustre y le saque provecho, pero no puede ser su vida, mientras que la verdad puede ser la vida eterna del hombre. Esto se debe a que el hombre nunca puede experimentar completamente la esencia de la verdad ni vivir plenamente a imagen de la verdad. El hombre sólo puede vivir un poco a imagen de la verdad, lo que en realidad es bastante positivo. La verdad puede ser por siempre la vida del hombre y darle la vida eterna, pero cuando la humanidad dice palabras acordes con la verdad, son una mera vía para que se instruya y su efecto solamente dura un tiempo, por lo que dichas palabras no pueden ser la vida eterna del hombre. Esta es la diferencia sustancial entre las palabras que concuerdan con la verdad y la propia verdad. Con esto vemos que incluso si el discurso del hombre tiene el esclarecimiento del Espíritu Santo y está de acuerdo con la verdad, no obstante no puede afirmarse que sea la verdad. Esto es objetivo y quienes tienen experiencia en la vida son capaces de descubrirlo y darse cuenta de ello.

de Respuestas a preguntas del guión cinematográfico

Si hemos de diferenciar entre el discurso del hombre que concuerda con la verdad y las palabras expresadas por Dios en la carne, primero debemos tener claro que Dios tiene la esencia divina de Dios y el hombre tiene esencia humana. La palabra de Dios es revelación de la vida de Dios y expresión de Su carácter, mientras que las palabras del hombre revelan la esencia humana. Sólo las expresiones directas del Espíritu Santo son la verdad y la palabra de Dios. Esto se debe a que la esencia de la vida de Dios es única y ningún hombre la posee. Sin embargo, las personas utilizadas por Dios y las que tienen la obra del Espíritu Santo son capaces de pronunciar palabras acordes con la verdad, lo cual puede edificar a otros. Esto proviene del esclarecimiento y la iluminación del Espíritu Santo, así como de la experiencia y comprensión por parte del hombre de la verdad contenida en la palabra de Dios. No obstante, esto no es expresión directa del Espíritu Santo, por lo que no es palabra de Dios.

Dios Todopoderoso dice: “La verdad es el más real de los aforismos de la vida, y el más alto de tales aforismos en toda la humanidad. Debido a que es el requisito que Dios hace al hombre, y es la obra realizada personalmente por Dios, que esta es la razón por la que se llama el aforismo de la vida. No es un aforismo que se resume de algo, ni tampoco es una famosa cita de una gran figura; sino que es la declaración del Soberano de los cielos y la tierra y de todas las cosas, a la humanidad, y no algunas palabras resumidas por el hombre, sino que es la vida inherente de Dios. Y por ello es que se le llama el más alto de los aforismos de la vida” (‘Sólo los que conocen a Dios y Su obra pueden satisfacer a Dios’ en “La Palabra manifestada en carne”).

Tienes que entender el alcance real de la verdad y también lo que está fuera de la misma".

Si las personas obtienen algunas perspectivas y tienen algún entendimiento sobre la base de sus experiencias de las palabras de verdad, ¿se cuenta esto como la verdad? En el mejor de los casos se puede decir que tienen algún entendimiento de la verdad. Todas las palabras de esclarecimiento del Espíritu Santo no representan a la palabra de Dios, no representan la verdad ni le pertenecen a esta. Sólo se puede decir que esas personas tienen algún entendimiento de la verdad, y algún esclarecimiento del Espíritu Santo. […] Todo el mundo puede experimentar la verdad, pero las situaciones de su experiencia serán diferentes, y lo que cada persona obtiene de la misma verdad es diferente. Pero, después de combinar el entendimiento de todos, sigues sin poder explicar por completo esta verdad; ¡la verdad es así de profunda! ¿Por qué digo que todas las cosas que has obtenido y todo tu entendimiento no pueden sustituir a la verdad? Si comunicas tu entendimiento a los demás, ellos pueden reflexionar en ello durante dos o tres días y, después, terminarán de experimentarlo. Sin embargo, una persona no puede experimentar plenamente la verdad ni en toda una vida, ni siquiera todas las personas juntas pueden experimentarla de forma total. Así pues, ¡puede verse que la verdad es muy profunda! No hay forma de articularla plenamente con palabras; la verdad expresada en el lenguaje humano es el aforismo del hombre; la humanidad nunca la experimentará plenamente, y debería vivir confiando en ella. Un trozo de verdad puede permitir a toda la humanidad sobrevivir durante miles de años".

La verdad es la vida de Dios mismo, y representa Su propio carácter, Su propia esencia, todo lo que hay en Él. Si afirmas que poseer algunas experiencias significa que tienes la verdad, ¿puedes representar entonces el carácter de Dios? No puedes. Una persona puede tener cierta experiencia o luz en relación con un determinado aspecto o lado de una verdad, pero no puede proveer a los demás con ella por siempre, así que su luz no es la verdad; es sólo un cierto punto alcanzable por una persona. Es tan sólo la experiencia y el entendimiento adecuados que una persona debería tener, que es su experiencia práctica de la verdad. Esta luz, este esclarecimiento y este entendimiento, que se basan en la experiencia, nunca pueden sustituir a la verdad. Aunque todas las personas hubieran experimentado por completo un enunciado de la verdad y juntaran todas esas palabras, eso seguiría sin ser un substituto de esa verdad. […] ¿Qué quiero decir con esto? Que la vida del hombre siempre será la vida del hombre, y que por mucho que tu entendimiento esté de acuerdo con la verdad, con los propósitos de Dios, con Sus requisitos, nunca podrá sustituirla. Decir que las personas poseen la verdad significa que tienen alguna realidad, algún entendimiento de la verdad de Dios, alguna entrada real en las palabras de Dios, alguna experiencia verdadera con Sus palabras, y están en el camino correcto en su fe en Dios. Basta con una sola declaración de Dios para que una persona experimente durante toda una vida; aun si las personas tuvieran que pasar por la experiencia de varias vidas o varios miles de años, seguirían sin poder experimentar una verdad de manera plena y total” (‘¿Sabes qué es realmente la verdad?’ en “Registros de las pláticas de Cristo”).

En cuanto a la diferencia entre las palabras del hombre que concuerdan con la verdad y la palabra de Dios, las palabras de Dios Todopoderoso dan una explicación muy clara: la verdad viene de Dios, es expresada por Cristo, es también expresión directa del Espíritu Santo y todo cuanto Dios dice es la verdad. La verdad es la propia vida de Dios mismo, expresión de Su carácter justo, revelación de todo lo que Dios tiene y es, la realidad de las cosas positivas, y representa la esencia de la vida de Dios. Sin embargo, las personas utilizadas por Dios y las que tienen la obra del Espíritu Santo son capaces de pronunciar palabras acordes con la verdad. Esto proviene del esclarecimiento y la iluminación del Espíritu Santo, así como de la experiencia y comprensión por parte del hombre de la verdad contenida en la palabra de Dios. Estas palabras acordes con la verdad constituyen la experiencia y la comprensión del hombre. Son la realidad de la verdad en la que el hombre ha logrado entrar y el resultado de la obra de Dios. Sin importar lo profunda o superficial que sea la comprensión de la verdad por parte del hombre ni lo bien que conozca a Dios, todo lo manifestado por la humanidad revela la esencia de las vidas humanas. Puesto que las palabras del hombre que concuerdan con la verdad están muy alejadas de la profundidad de la esencia de la verdad, lo que diga el hombre no puede ser considerado la verdad. Hay diferencias sustanciales inherentes entre las palabras acordes con la verdad y la verdad real. La palabra de Dios es verdad, es la esencia de la vida de Dios, por lo que es eterna e inmutable. Tal como dijo el Señor Jesús: “El cielo y la tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán” (Lucas 21:33). Dios Todopoderoso también dice: “Mis palabras son la verdad que jamás cambia” (‘Deberíais considerar vuestros hechos’ en “La Palabra manifestada en carne”). Esto se parece mucho a los diez mandamientos, promulgados por Dios en la Era de la Ley: a pesar de que han pasado miles de años, la humanidad todavía los sigue acatando hoy en día. Esto es debido a que la palabra de Dios es verdad, es la realidad de las cosas positivas, capaz de resistir la prueba del tiempo, y se mantendrá por toda la eternidad. No obstante, como las palabras del hombre no son la verdad, no durarán para siempre. A partir del progreso de la historia humana, sea en las áreas de la investigación científica, el derecho o las teorías sociológicas, vemos que es cuestión de tiempo que las palabras del hombre sean invalidadas o arrinconadas, o que hasta queden obsoletas en un abrir y cerrar de ojos. Aunque las palabras que dice el hombre concuerden con la verdad, sólo nos pueden ayudar, proveer y sostener de manera exclusivamente temporal. No pueden ser nuestra vida. ¿Por qué decimos que las palabras del hombre no pueden ser la vida del hombre? Porque mientras que la palabra del hombre puede concordar con la verdad, no deja de ser mera experiencia y comprensión de la palabra de Dios, está muy alejada de la esencia de la verdad y de ninguna manera puede plasmar la verdad ni convertirse en la vida del hombre como lo hace la verdad; sólo puede ayudarnos, edificarnos y sostenernos temporalmente, razón por la que la palabra del hombre acorde con la verdad no es la verdad ni puede ser la vida del hombre. Entonces, ¿por qué únicamente las palabras de Dios pueden ser la vida del hombre? Dado que la palabra de Dios es verdad y la realidad de las cosas positivas, los seres humanos nunca podemos experimentarla plenamente y cada verdad es infinita para la humanidad. Incluso si hubiéramos de experimentar la eternidad, seguiríamos sin poder afirmar que poseemos la verdad o que la hemos recibido totalmente. Esto es un hecho. Además, la verdad puede purificar, salvar y perfeccionar a la humanidad. Amparándonos en la verdad en nuestra vida, podemos vivir con auténtica semejanza humana, a imagen de la verdad, por lo que podemos llegar a conocer a Dios, someternos a Él, adorarlo y ser compatibles con Él, tal como pretendía cuando creó a la humanidad de la nada. Como dice la Biblia: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza” (Génesis 1:26). La intención de Dios al crear a la humanidad no era solamente la de dotarla de un cuerpo físico, sino principalmente la de otorgarle una nueva vida. Esta nueva vida es la palabra de Dios, que es la verdad. Cuando la verdad se convierta en nuestra vida, cuando se convierta en la realidad de nuestra vida, que es cuando viviremos a imagen de la verdad y con auténtica semejanza humana, habremos cumplido la intención de Dios al crear a la humanidad. Por consiguiente, decimos que sólo la palabra de Dios y la verdad pueden ser la vida eterna del hombre. Aunque las personas utilizadas por Dios puedan tener experiencia y comprensión de la palabra de Dios y decir cosas acordes con la verdad, esto es consecuencia de la obra del Espíritu Santo. Es la salvación y el perfeccionamiento del hombre a manos de Dios. Ni las palabras acordes con la verdad de las personas utilizadas por Dios ni su verdadera entendimiento de Dios implican que posean la esencia de la verdad ni la vida de Dios. Por el contrario, esto simplemente demuestra que han recibido la verdad y que esta se ha convertido en la realidad de su vida. Esto es así porque el hombre no es la verdad, y no se atreverían a decir que realmente poseen la verdad. Así pues, por mucho que las palabras del hombre concuerden con la verdad o puedan edificarnos, no es posible afirmar que sean la verdad y tampoco son palabra de Dios.

de “Preguntas y respuestas clásicas sobre el Evangelio del Reino Selecciones”

Nos preguntamos por qué la palabra que que se ajusta a la verdad de los hombres utilizados por Dios no es la verdad. Antes de eso, necesitamos saber qué es la verdad. A lo largo de las eras, nadie ha captado el significado de la verdad. Cuando el Señor Jesús vino en la Era de la Gracia, dijo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida” (Juan 14:6). Y sin embargo, todavía no entendemos el verdadero significado de la verdad. Solo cuando venga el Cristo de los últimos días, se nos revelará a todos nosotros el misterio de la verdad.

Vamos a ver lo que Dios Todopoderoso tiene que decir al respecto: “La verdad viene del mundo del hombre, pero la verdad entre los hombres es transmitida por Cristo. Se origina en Cristo, es decir, en Dios mismo, y es inalcanzable para el hombre” (‘El éxito o el fracaso dependen de la senda que el hombre camine’ en “La Palabra manifestada en carne”).

La verdad es el más real de los aforismos de la vida, y el más alto de tales aforismos en toda la humanidad. Debido a que es el requisito que Dios hace al hombre, y es la obra realizada personalmente por Dios, que esta es la razón por la que se llama el aforismo de la vida. No es un aforismo que se resume de algo, ni tampoco es una famosa cita de una gran figura; sino que es la declaración del Soberano de los cielos y la tierra y de todas las cosas, a la humanidad, y no algunas palabras resumidas por el hombre, sino que es la vida inherente de Dios. Y por ello es que se le llama el más alto de los aforismos de la vida” (‘Sólo los que conocen a Dios y Su obra pueden satisfacer a Dios’ en “La Palabra manifestada en carne”).

La verdad expresada en el lenguaje humano es el aforismo del hombre; la humanidad nunca la experimentará plenamente, y debería vivir confiando en ella. Un trozo de verdad puede permitir a toda la humanidad sobrevivir durante miles de años".

La verdad es la vida de Dios mismo, y representa Su propio carácter, Su propia esencia, todo lo que hay en Él” (‘¿Sabes qué es realmente la verdad?’ en “Registros de las pláticas de Cristo”).

De la palabra de Dios Todopoderoso podemos ver: La verdad viene de Dios y luego es expresada por Cristo. Es decir, toda la palabra expresada por Dios es verdad. Esto es porque la verdad es la esencia de la vida de Dios, el carácter de Dios, lo que Él tiene y es, y la realidad de todas las cosas positivas, que siguen igual y existen para siempre. La palabra expresada por Dios tiene autoridad y es muy poderosa. Ella puede purificar y perfeccionar al hombre. Ella puede salvar al hombre y ser su fuente de vida eterna. Entonces, toda la palabra expresada por Dios es toda la verdad. La obra de Dios, Su expresión, Su propia palabra y Su predestinación son toda la verdad. Todo lo que Dios dicta y le pide al hombre que cumpla y todo lo que Él requiere del hombre y le pide a él hacer realidad, es verdaderamente toda la realidad de las cosas positivas. Son toda la verdad. Así pues, cada palabra que expresa el propio Dios contiene la verdad. Dios ha expresado muchas verdades durante todas las etapas de Su y estas verdades son la preciosa vida que Dios decide otorgar al hombre.

Lo que Dios nos ha manifestado a nosotros durante Su obra, dos veces hecho carne, es la verdad. Esto es como la palabra que el Señor Jesús nos expresó durante la Era de la Gracia. En esa palabra, la humanidad ve el carácter de Dios, el amor de Dios y la esencia de Su santidad. Todos ellos es la preciosa verdad para que nosotros conozcamos a Dios. Al igual que el amor del Señor Jesús hacia toda la humanidad, Su misericordia y paciencia, el Señor Jesús exigió que la humanidad amara a Dios con todo su corazón que amara al prójimo, que fuera luz y sal, etcétera. Todas estas son cosas positivas y la verdad, así como la realidad de la vida que el hombre debería tener. Cuando Cristo de los últimos días, Dios Todopoderoso, venga, expresará toda la verdad de juzgar, purificar y perfeccionar al hombre. Todas estas verdades son la realidad de la vida que debe tener el hombre en la Era del Reino. Cristo de los últimos días revela al hombre, el carácter justo de Dios, Su majestad, Su ira y Su intolerancia a las ofensas. Él revela el misterio del plan de gestión de Dios de salvar a la humanidad, el misterio de las tres etapas de la obra de Dios, el trasfondo y la esencia de todas las fases de Su obra, y el misterio de Su encarnación. Él revela cómo Dios juzga en los últimos días, Qué es el Reino de Cristo, cómo Dios revela el final de cada persona, recompensa el bien y castiga el mal. Él desvela la justicia de Dios, cuál es Su santidad, el significado simbólico del carácter de Dios y sus emociones. Él devela la justicia y a la maldad, todas las cosas positivas y todas las cosas negativas. Él muestra cómo temer a Dios y apartarse del mal, Él muestra la forma del temor de Dios y cómo evitar el mal, lo que es la verdadera vida humana, cómo podemos vivir una vida significativa y cómo aprovecharla al máximo. Dios Todopoderoso ha revelado todas estas verdades y todos los misterios para el hombre los conozca y vea, de modo que pueda temer a Dios, apartarse del mal, obedecer a Dios y adorarle. La verdad que Dios Todopoderoso expresa es el camino hacia la vida eterna que la humanidad debería tener. Aquellos que están de acuerdo en aceptar toda la verdad expresada por Dios como forma de vida son gente que obtiene la vida eterna. Aquellos que se niegan a aceptar toda la verdad expresada a ellos por parte de Dios, se dirigirán hacia la destrucción. Así pues, todas las verdades expresadas por Dios Todopoderoso en los últimos días son la obra de Dios de comienzo de una era y la finalización de otra, cuando lleguen los últimos días. Los hombres utilizados por Dios son aquellos a quienes Dios salva y perfecciona. El deber que se esfuerzan por realizar en la obra de Dios es el de ayudar en la obra de Dios y conducir al pueblo elegido por Él. Así pues, sus palabras conformes a la verdad son resultado de la obra del Espíritu Santo Aunque beneficien al hombre, no pueden definirse como la verdad, palabra de Dios. La razón de esto es que la palabra del hombre es de su propio conocimiento de la verdad, es su propio punto de vista y su comprensión y conllevan la impureza humana. Además, la experiencia y el conocimiento del hombre acerca de la verdad son limitados. Por más que se adentre el hombre entra en la verdad, eso no significa que él posea la esencia de la verdad, ni tampoco que viva totalmente a imagen de la verdad. Así pues, aunque haya vivido algunas realidades de la verdad, lo que exprese seguirá estando en consonancia con la verdad, pero nunca se podrá considerar igual a ella. Solo la Palabra expresada por Dios encarnado es la verdad. Es decir, solo Dios tiene la esencia de la verdad. solo Dios es la verdad. Por muchos años que el hombre haya creído en Dios, siempre es como un bebé recién nacido ante Él. Nunca podrá vivir a imagen de Dios. Así pues, los hombres utilizados por Dios y aquellos sobre los que ha obrado Espíritu Santo y sus palabras sólo pueden verse en consonancia con la verdad, y no se les puede considerar como la verdad en sí. Esto es un hecho que nadie puede negar. Si alguien considera que las palabras del hombre son la verdad, no solo se estará resistiendo a Dios. ¡Sino que estará blasfemando contra Él!

de “Preguntas y respuestas clásicas sobre el Evangelio del Reino Selecciones”

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