Creer en Dios requiere que pongas tus intenciones y puntos de vista en el orden adecuado; debes tener un entendimiento correcto y una forma correcta de tratar las palabras de Dios y Su obra, todos los entornos que Dios dispone, el hombre por quien Dios da testimonio y el Dios práctico. No debes practicar según tus propias ideas ni elaborar tus propios planes insignificantes. Hagas lo que hagas, debes ser capaz de buscar la verdad y, en tu posición como ser creado, someterte a toda la obra de Dios. Si quieres buscar ser perfeccionado por Dios y entrar en el camino correcto de vida, entonces tu corazón debe vivir siempre en la presencia de Dios. No seas disoluto, no sigas a Satanás, no des a Satanás oportunidad alguna de hacer su obra y no permitas que Satanás te use. Debes entregarte por completo a Dios y dejar que Él gobierne sobre ti.
¿Estás dispuesto a ser el siervo de Satanás? ¿Estás dispuesto a que él te explote? ¿Crees en Dios y lo buscas de forma que puedas ser perfeccionado por Él o para que puedas convertirte en un contraste para la obra de Dios? ¿Preferirías una vida con significado en la que seas ganado por Dios o una vida inútil y vacía? ¿Preferirías ser usado por Dios o explotado por Satanás? ¿Preferirías dejar que las palabras y la verdad de Dios te llenen o dejar que el pecado y Satanás lo hagan? Sopesa estas cosas con cuidado. Debes comprender en tu vida diaria qué palabras dices y qué cosas que haces podrían provocar que tu relación con Dios sea anormal y luego corregirte para entrar de la manera correcta. En todo momento, examina tus palabras, tus acciones, todos y cada uno de tus movimientos y todos tus pensamientos e ideas. Obtén un entendimiento apropiado de tu verdadero estado y entra en la manera de la obra del Espíritu Santo. Esta es la única forma de tener una relación normal con Dios. Al evaluar si tu relación con Dios es normal, podrás corregir tus intenciones, comprender la naturaleza y la esencia del hombre y entenderte a ti mismo verdaderamente y, al hacerlo, podrás entrar en experiencias reales, renunciar a ti mismo de una manera real y someterte de manera intencional. A medida que experimentas estas cuestiones de si tu relación con Dios es normal o no, encontrarás oportunidades para ser perfeccionado por Dios y poder comprender muchos estados de la obra del Espíritu Santo. También podrás darte cuenta de muchas de las artimañas de Satanás y penetrar en sus conspiraciones. Solo esta senda lleva a ser perfeccionado por Dios. Corriges tu relación con Dios para poder someterte a todas Sus disposiciones y para poder entrar más profundamente en una experiencia real y recibir todavía más de la obra del Espíritu Santo. Cuando practicas tener una relación normal con Dios, en la mayoría de los casos tendrás éxito al renunciar a la carne y por medio de una cooperación real con Dios. Debes comprender que “sin un corazón dispuesto a cooperar es difícil recibir la obra de Dios; si la carne no sufre, no habrá bendiciones de Dios; si el espíritu no lucha, Satanás no será avergonzado”. Si practicas estos principios y los entiendes plenamente, los puntos de vista de tu creencia en Dios se enmendarán. En vuestra práctica actual, debéis descartar la mentalidad de “buscar pan para satisfacer el hambre”; debéis descartar la mentalidad de que “el Espíritu Santo lo hace todo y las personas son incapaces de intervenir”. Todas las personas que dicen esto piensan: “Las personas pueden hacer todo lo que quieran y, cuando llegue el momento, el Espíritu Santo llevará a cabo Su obra. Las personas no tienen necesidad de restringir a la carne o de cooperar; todo lo que importa es que el Espíritu Santo las conmueva”. Estas opiniones son, todas, absurdas. Bajo estas circunstancias, el Espíritu Santo es incapaz de obrar. Es esta clase de punto de vista lo que obstruye enormemente la obra del Espíritu Santo. A menudo, la obra del Espíritu Santo se lleva a cabo a través de la cooperación humana. Aquellos que no cooperan y carecen de determinación, pero quieren cambiar su carácter y recibir la obra del Espíritu Santo y el esclarecimiento e iluminación de Dios, ciertamente tienen pensamientos extravagantes. A esto se le llama “ser complaciente con uno mismo y perdonar a Satanás”. Esas personas no tienen una relación normal con Dios. Debes encontrar muchas revelaciones y manifestaciones del carácter satánico dentro de ti y encontrar cualquier práctica que tengas que se contraponga a lo que Dios requiere. ¿Serás capaz ahora de renunciar a Satanás? Debes lograr una relación normal con Dios, actuar según las intenciones de Dios, y convertirte en una nueva persona con una nueva vida. No te quedes atorado en las transgresiones pasadas; no estés arrepentido de manera indebida; sé capaz de levantarte y cooperar con Dios y cumple con las obligaciones que debes cumplir. De esta forma, tu relación con Dios será normal.
Extracto de “La Palabra manifestada en carne”
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