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Pensamientos real de Jesucristo detrás de “Cinco panes y dos peces”

Hay un registro en la Biblia: “Uno de sus discípulos, Andrés, hermano de Simón Pedro, dijo a Jesús: ‘Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos pescados; pero ¿qué es esto para tantos?’. Jesús dijo: ‘Haced que la gente se recueste’. Y había mucha hierba en aquel lugar. Así que los hombres se recostaron, en número de unos cinco mil. Entonces Jesús tomó los panes, y habiendo dado gracias, los repartió a los que estaban recostados; y lo mismo hizo con los pescados, dándoles todo lo que querían. Cuando se saciaron, dijo a sus discípulos: ‘Recoged los pedazos que sobran, para que no se pierda nada’. Los recogieron, pues, y llenaron doce cestas con los pedazos de los cinco panes de cebada que sobraron a los que habían comido” (Juan 6:8-13).

Cada vez que veo este fragmento sobre cómo Jesucristo alimentó cinco mil personas con sólo cinco panes y dos peces, me sorprendo y confirmo más profundamente en mi corazón que Jesucristo es sin duda el Dios verdadero que nos provee todo, puede crear algo a partir de nada. Estoy seguro también de que aunque no hubiera habido comida en aquel entonces, Jesucristo podría aún crear este milagro para alimentar a todas las cinco mil personas presentes, o incluso más, porque nada es imposible para Dios. Las acciones de Dios se han convertido en mi fundamento para creer y perseguir la fe en Dios.
Más tarde. Vi las siguientes palabras de Dios, los cuales me han hecho tener una profunda aceptación y conocimiento sobre Jesucristo, Su pensamiento, y Su milagro de los cinco panes y dos peces.
Dios dice: “En primer lugar, tratemos de entender qué tipo de personas eran estas cinco mil. ¿Eran seguidores del Señor Jesús? Las Escrituras nos enseñan que no lo eran. ¿Sabían quién era el Señor Jesús? ¡Claramente no! Como mínimo, no sabían que la persona que estaba delante de ellos era Cristo, o quizás sólo algunos sabían Su nombre, y conocían o habían oído algo acerca de las cosas que había hecho. Simplemente sentían curiosidad por el Señor Jesús a raíz de las historias, pero sin duda no se puede decir que lo siguieran, y mucho menos que lo entendieran. Cuando el Señor Jesús vio a estas cinco mil personas, estaban hambrientas y sólo podían pensar en comer hasta saciarse, y por ello fue en este contexto donde Él satisfizo sus deseos. ¿Qué había en Su corazón cuando lo hizo? ¿Cuál fue Su actitud hacia estas personas que sólo querían comer hasta saciarse? En este momento, los pensamientos del Señor Jesús y Su actitud tenían que ver con el carácter y la esencia de Dios. Frente a estas cinco mil personas con el estómago vacío, quienes sólo querían comer una buena comida; frente a estas personas llenas de curiosidad y esperanzas sobre Él, el Señor Jesús sólo pensó en utilizar este milagro para concederles gracia. Sin embargo, no depositó Sus esperanzas en que se convirtieran en Sus seguidores, porque sabía que sólo querían participar en la diversión y comer hasta saciarse. Así pues, lo hizo lo mejor que pudo con lo que tenía allí, y usó cinco hogazas de pan y dos peces para alimentar a cinco mil personas. Abrió los ojos de estas personas que disfrutaban del entretenimiento, que querían ver milagros, y que vieron con sus propios ojos las cosas que el Dios encarnado podía completar. Aunque el Señor Jesús usó algo tangible para satisfacer su curiosidad, ya sabía en Su corazón que estas cinco mil personas sólo querían tener una buena comida, por lo que no dijo nada en absoluto ni les predicó. Sólo les permitió ver cómo se producía este milagro. No hay duda de que no podía tratar a estas personas igual que a Sus discípulos que le seguían realmente; pero, en el corazón de Dios, todas las criaturas estaban bajo Su dominio, y permitiría que todas las criaturas que veía disfrutasen de Su gracia cuando fuera necesario. Aunque estas personas no sabían quién era Él ni lo entendían, ni tenían una impresión particular de Él ni gratitud hacia Él aun después de haber comido los panes y los peces, Dios no lo censuraría; les proporcionó una maravillosa oportunidad de disfrutar de Su gracia. Algunos opinan que Dios es recto en lo que hace, y que no cuida ni protege a los incrédulos, y sobre todo que no les permite disfrutar de Su gracia. ¿Es este realmente el caso? A los ojos de Dios, siendo como son criaturas vivientes que Él mismo creó, Él las domina y cuida de ellas; las tratará, hará planes para ellas y las regirá de diferentes formas. Estos son los pensamientos y la actitud de Dios hacia todas las cosas.
[…] ¿Puso entonces algunas exigencias a estas personas? ¿Hubo odio? No hubo nada de eso; simplemente no quería prestar más atención a estas personas que no podían seguirle, y en ese momento Su corazón estaba dolido. Como había visto la depravación de la humanidad y había sentido su rechazo hacia Él, al ver a estas personas o estar con ellas, su torpeza y su ignorancia lo entristecieron mucho y afligieron Su corazón. Por ello sólo quería apartarse de ellas cuanto antes. El Señor no tenía exigencias para ellas en Su corazón; no quería prestarles atención, y sobre todo no quería gastar Sus energías con ellos. Sabía que no podían seguirle; a pesar de ello, Su actitud hacia ellos seguía siendo muy clara. Sólo quería tratarlos con bondad, concederles la gracia; esta era la actitud de Dios hacia toda criatura bajo Su dominio: para todas ellas, un trato bondadoso, provisión y alimentarlas. El Señor Jesús reveló, de forma muy natural, la propia esencia de Dios y trató con bondad a estas personas, porque era Dios encarnado. Lo hizo con un corazón de misericordia y tolerancia.
[…] Aunque es una historia que las personas han leído durante varios miles de años, su trama es simple, y permite ver un fenómeno simple, aunque en esta sencilla trama podemos ver algo más valioso, que es el carácter de Dios y lo que Él tiene y es. Estas cosas representan a Dios mismo, y son una expresión de Sus propios pensamientos, que, una vez manifestados por Él, son la expresión de la voz de Su corazón. Él espera que haya quien pueda entenderlo, conocerlo y comprender Su voluntad, que pueda oír la voz de Su corazón y sea capaz de cooperar activamente para satisfacer Su voluntad. Y estas cosas que el Señor Jesús hizo fueron una expresión silenciosa de Dios”.
Las palabras de Dios me hicieron ganar una nueva interpretación de la historia de cinco panes y dos peces. En el pasado, había leído este fragmento muchas veces, pero lo único que pude entender en ese entonces era la autoridad y la habilidad de Dios, mientras no tenía el conocimiento de los pensamientos de Jesucristo, o la disposición y Su esencia que reveló con este milagro. Sólo a través de Dios y Su revelación sobre lo que hizo, sabía que lo que Dios hizo fue significante.
Desde las palabras de Dios, vi que, frente a las personas que sólo quería tener comida pero no querían buscar la verdad o buscar un entendimiento de Dios, Dios sólo les otorgaba la gracia para llenarlas. Esta era la actitud de Dios. Incluso si no lo seguían después de haber comido hasta saciarse, Dios no tenía ningún requisito u odio hacia ellos en su corazón. Esto fue aún más de la revelación de su sustancia de belleza y bondad. Además, Dios sabía que esas cinco mil personas que tenían una buena comida, pero no lo seguirían, por lo que no tuvo la esperanza de que lo siguieran, y mientras tanto, Dios no tenía la intención de decirles más. Desde entonces, sabía que aunque Dios ama y trata a todos amablemente, tiene Sus principios y Su trato a diferente tipo de personas. Y por aquellos que creían en Dios pero sólo se centraban en satisfacer su hambre, Dios también los trato con gracia, sólo que no expresó Su voluntad ante ellos. Sin embargo, a Sus discípulos que realmente aman la verdad y le seguían, Dios les daría más verdades para hacerles vivir bajo Su guía y bendiciones.
En las palabras de Dios, también vi la voz del corazón que Dios nos expresó detrás de “cinco panes y dos peces”. Aunque mucha gente se presenta ante Dios, si creen en Dios sólo para comer su pan lleno, y obtener la paz del carne o bendiciones en el futuro, pero no buscan la verdad o el conocimiento de Dios, nunca podrán obtener la aprobación de Dios, y mucho menos obtener la verdad y la vida. Por el contrario, sólo aquellos que quieren la verdad y están dispuestos a seguir a Dios, pueden conseguir la verdad y la vida. Sólo esas personas pueden conocer la verdad, obedecer a Dios, y seguir a Dios de todo tipo de pruebas, tribulaciones y refinamientos que Dios haya dispuesto. Sólo estas personas pueden vivir sobre la realidad de las palabras de Dios, cambiar la disposición de sus vidas y ser hombres que Dios realmente ama Sólo esas personas pueden recibir la promesa de Dios y obtener la vida eterna. Detrás de cinco panes y dos peces, ¿qué piensas sobre Jesucristo? ¿Lo entiendes ahora?
Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.
Fuente: Caminando con Jesucristo
Recomendación: Sermones Cristianos
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La palabra de Dios dice :" Cuando eres capaz de apreciar realmente los pensamientos y la actitud de Dios hacia la humanidad, cuando puedes entender realmente Sus emociones y Su preocupación por cada criatura, podrás entender la devoción y el amor depositados sobre cada persona creada por el Creador. Cuando esto ocurra, utilizarás dos palabras para describir el amor de Dios; ¿cuáles son? Algunas personas dicen “abnegado”, y otras “filantrópico”. De estas dos, la segunda es la palabra menos apropiada para definir el amor de Dios. Es un término que se utiliza para describir los pensamientos y los sentimientos tolerantes de una persona. Aborrezco realmente esta palabra, porque se refiere a dispensar caridad de un modo aleatorio, indiscriminado, sin tener en cuenta principio alguno. Es una expresión abiertamente emocional de personas insensatas y confusas. Cuando esta palabra se utiliza para describir el amor de Dios, existe inevitablemente un propósito blasfemo. Tengo dos palabras que definen de forma más adecuada el amor de Dios. ¿Cuáles son? La primera es “inmenso”. ¿No es evocadora? La segunda es “vasto”. Hay una relevancia práctica tras estas dos palabras que utilizo para definir el amor de Dios. Literalmente, “inmenso” describe el volumen o la capacidad de una cosa, pero no importa lo grande que esta sea: es algo que las personas pueden tocar y ver. Esto es porque existe, no es un objeto abstracto, y da a las personas la sensación de que es relativamente preciso y práctico. No importa si lo estás mirando desde un ángulo plano o tridimensional; no necesitas imaginar su existencia, porque es algo que existe en realidad. Aunque usar “inmenso” para definir el amor de Dios puede hacer pensar que se está cuantificando el mismo, al mismo tiempo también da la sensación de que no se puede cuantificar. Yo digo que el amor de Dios puede cuantificarse, porque no es una especie de ente imaginario ni surge de ninguna leyenda. Más bien, es algo compartido por todas las cosas que están bajo el dominio de Dios, y algo que disfrutan todas las criaturas en diversos grados y desde diferentes perspectivas. Aunque las personas no pueden verlo ni tocarlo, este amor trae sustento y vida a todas las cosas conforme se va revelando gota a gota en sus vidas y ellas enumeran y dan testimonio del amor de Dios que disfrutan cada momento. Digo que el amor de Dios no puede cuantificarse, porque el misterio de Dios que provee y alimenta todas las cosas es algo difícil de comprender para los seres humanos, como lo son los pensamientos de Dios sobre todas las cosas y, en particular, sobre la humanidad. Es decir, nadie sabe la sangre y las lágrimas que el Creador ha derramado por la humanidad. Nadie puede comprender ni entender la profundidad o el peso del amor que el Creador tiene por la humanidad, a la que hizo con Sus propias manos. Describir el amor de Dios como inmenso es ayudar a las personas a apreciar y entender su amplitud y la verdad de su existencia. También pueden comprender en mayor profundidad el significado práctico de la palabra “Creador”, y pueden obtener un entendimiento más profundo de la verdadera relevancia del apelativo “creación”. ¿Qué describe habitualmente el término “vasto”? Se usa generalmente para el océano o el universo, como el vasto universo, o el vasto océano. La expansión y la silenciosa profundidad del universo superan el entendimiento humano, y es algo que capta las imaginaciones de los hombres, que los llena de admiración. Su misterio y su profundidad se ven, pero no se pueden alcanzar. Cuando piensas en el océano, piensas en su amplitud: parece no tener límites, y puedes sentir su misterio y su carácter inclusivo. Por esta razón he usado la palabra “vasto” para definir el amor de Dios. Lo he hecho para ayudar a las personas a sentir lo valioso que es, su intensa belleza y que su poder es infinito y extenso. Lo he hecho para ayudarlas a sentir la santidad de Su amor, así como la dignidad de Dios y que no se le puede ofender, revelados por medio de Su amor. ¿Pensáis ahora que “vasto” es una palabra apropiada para describir el amor de Dios? ¿Puede el amor de Dios igualarse a estos dos términos, “inmenso” y “vasto”? ¡Totalmente! En el lenguaje humano, sólo estas dos palabras son relativamente adecuadas y cercanas para definir el amor de Dios. ¿No pensáis lo mismo? Si os pidiera que lo describierais, ¿usaríais estas dos palabras? Lo más probable es que no pudierais, porque vuestro entendimiento y vuestra apreciación del mismo se limitan a una perspectiva plana, y no ha ascendido a la altura del espacio tridimensional. Por tanto, si os pidiera que describierais el amor de Dios, sentiríais que os faltan las palabras; quedaríais incluso mudos. Los dos términos de los que he hablado hoy pueden resultaros difíciles de entender, o quizás no estéis de acuerdo con ellos. Esto sólo puede indicar que vuestra apreciación y vuestro entendimiento del amor de Dios son superficiales y se encuentran dentro de un área reducida. He dicho antes que Dios es abnegado. ¿Recordáis la palabra abnegado? ¿Podría decirse que el amor de Dios sólo puede definirse como abnegado? ¿No es una perspectiva demasiado corta? Deberíais meditar más en este asunto para obtener algo del mismo." De "La Palabra manifestada en carne"

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