Por Meng’ai, Malasia
El año en que murió mi esposo, yo estaba completamente devastada y, además de eso, tenía la carga adicional de criar a mis hijos. La adversidad de pronto había golpeado mi vida, pero tuve conmigo el amor del Señor todo el tiempo y, con la ayuda de mis hermanos y hermanas, superé esos momentos difíciles. A fin de retribuir el amor del Señor, continué haciendo donaciones y sirviendo a la iglesia, y eso es lo que he estado haciendo desde hace más de treinta años. En ese tiempo, he experimentado el crecimiento de la iglesia y he visto el hecho glorioso de la difusión del evangelio del Señor Jesús. También he sido testigo de la desolación e impotencia en la iglesia. Pensé en cuando el Espíritu Santo por primera vez comenzó a hacer la gran obra en la iglesia, cuando experimentábamos gozo y ganábamos mucho a partir de escuchar lo que el pastor predicaba. Había amor mutuo entre los hermanos y hermanas, como si todos fuéramos una familia, y todos estábamos unidos para difundir el evangelio y dar testimonio del Señor. Más tarde, sin saber qué sucedió, ya no hubo luz en lo que el pastor predicaba. Era como si todo fuera la misma historia de siempre, repetida una y otra vez, y los creyentes simplemente no lograban obtener ningún tipo de alimento ni sustento de ello. Su fe y su amor poco a poco se debilitaron, y cada vez menos gente asistía a las reuniones. Los que participábamos en el servicio también solo nos dejábamos llevar por la corriente. Todos actuábamos según los deseos de la gente del ministerio y para nada en función del servicio a Dios; simplemente nos esforzábamos ante los demás y tratábamos de complacerlos. Sabía que esa clase de servicio no concordaba con la voluntad de Dios, y eso me hacía sufrir mucho. También me sentía impotente y no tenía idea de cómo recorrer el camino frente a mí. Por lo tanto, ansiaba mucho más que el Señor regresara lo antes posible, para que todos estos problemas se resolvieran.
Justo cuando me sentía perdida, en 2016 comencé a estudiar la obra de Dios Todopoderoso de los últimos días. Leí mucho de la palabra de Dios Todopoderoso y escuché lo que los hermanos y hermanas de la Iglesia de Dios Todopoderoso compartían y de lo que daban testimonio, y finalmente comprendí que el Señor Jesús hacía mucho tiempo que había encarnado y había venido al mundo a expresar Sus palabras y realizar la obra de juicio de los últimos días comenzando por la casa de Dios, y que estaba haciendo todo esto para purificar y salvar por completo a la humanidad y llevarla al reino celestial. La palabra de Dios Todopoderoso me aclaró el misterio del regreso del Señor, en el cual había pensado durante muchos años. Entendí que el regreso del Señor estaba dividido en dos: la llegada en forma encubierta y la aparición pública. El Señor primero se hace carne como el Hijo del hombre en la llegada encubierta para expresar Sus palabras y juzgar y purificar al hombre, y para formar un grupo de vencedores antes de los desastres. Cuando desciendan los grandes desastres, Él recompensará a los buenos y castigará a los malvados, y se mostrará públicamente, apareciendo ante todas las naciones y los pueblos. En ese momento, la obra de Dios encarnado en la llegada oculta ya habrá concluido, y todos los que se resistan y condenen la obra de Dios en los últimos días enfrentarán los desastres con grandes lamentos y rechinando los dientes. Los hermanos y hermanas también me enseñaron algunas verdades, como las tres etapas de la obra de Dios para salvar a la humanidad, la importancia de la encarnación de Dios y cómo Él realiza la obra de juicio en los últimos días. Así comprendí por qué antes, al servir a la iglesia, no habíamos contado con la guía de Dios, y por qué no veíamos un camino para seguir al leer las Escrituras, orar y estudiar la Biblia. Entendí por qué no habíamos sentido la presencia del Espíritu Santo. Dios ya había realizado una obra nueva, había concluido la Era de la Gracia y dado inicio a la Era del Reino. El Espíritu Santo ya no estaba obrando dentro de las iglesias de la Era de la Gracia, por eso los espíritus de las personas se habían marchitado y oscurecido, desprovistos de todo posible gozo o satisfacción, y no podían obtener ningún sustento en sus vidas espirituales. Fue gracias a la guía y la orientación de Dios que pude reconocer Su voz en la palabra de Dios Todopoderoso, y acepté con alegría la obra de Dios en los últimos días. Más tarde, los hermanos y hermanas con frecuencia compartían la palabra de Dios Todopoderoso conmigo a través de internet. Ver las películas, los videos de danzas corales y los videos musicales producidos por la Iglesia de Dios Todopoderoso me dio mucho sustento, y le agradecí a Dios desde el fondo de mi corazón por conducirme ante Su trono. Disfruté del pastoreo y el alimento de la palabra de Dios y comencé a vivir una vida dichosa cara a cara con Él.
Un día, la esposa de uno de los pastores de la iglesia de imprevisto me envió un mensaje que decía: “¿Por qué le diste “me gusta” a una publicación del Relámpago Oriental? También permitiste que se publicara en tu perfil, y eso va en contra de la voluntad del Señor. Si nuestros feligreses ven el posteo sobre el Relámpago Oriental y se interesan por las palabras de Dios Todopoderoso, se van a ir todos a leer más sobre el Relámpago Oriental y, entonces, ¿qué vamos a hacer? No debes volver a ponerte en contacto con la gente del Relámpago Oriental. Debes borrar su información de contacto de inmediato…” Le respondí: “Las películas evangélicas, los himnos y los videos musicales de la Iglesia de Dios Todopoderoso son bastante buenos y he obtenido mucho de ellos. ¡Tengo que darles un ‘me gusta’!” Quería enviarle más mensajes a la esposa del pastor pero, antes de que pudiera terminar el mensaje, ella me dijo muchas cosas que atacaban y condenaban a Dios Todopoderoso y difamaban a la Iglesia de Dios Todopoderoso. Vi que ella no tenía ninguna intención de estudiar este importante asunto del regreso del Señor, sino que simplemente se dedicaba a juzgarlo y a condenarlo sin ningún reparo. Ya no quise seguir hablando de esto con ella, así que cambié de tema.
Unos días después de eso, el pastor Yang vino a buscarme para conversar. Tras algunos comentarios amables, el pastor Yang me preguntó: “¿Has estudiado otros grupos religiosos por internet?” No sabía por qué el pastor Yang me hacía esa pregunta, y le dije: “Mis amigos de Facebook pertenecen a muchas denominaciones diferentes y, si creo que los artículos que publican son correctos y buenos, siempre trato de entenderlos y de ver si contienen alguna nueva luz. ¿Dices que está mal que haga eso?” El pastor Yang me preguntó de nuevo: “¿Te convertiste al Relámpago Oriental hace dos años? ¿Por qué quieres estudiarlo? Además, ¿con frecuencia vas a buscar a Fulana de Tal (una hermana que había aceptado la obra de Dios de los últimos días, cuyas fotografías se habían publicado y que el pastor de su iglesia original había condenado y abandonado)? […]” Al oír la sarta de preguntas del pastor Yang, me empecé a sentir molesta y le dije “La Iglesia de Dios Todopoderoso es buena y en ella se encuentran la verdad y la obra del Espíritu Santo. Iré a cualquier lugar donde se halle la verdad y la obra del Espíritu Santo; eso es lo correcto. En nuestra iglesia no hay nueva luz; mi espíritu está oscurecido y no encuentro ningún sustento allí. Quiero encontrar una iglesia que tenga la obra del Espíritu Santo, donde mi vida pueda recibir el alimento de la verdad. Las enseñanzas del Relámpago Oriental me gustan y las palabras de Dios Todopoderoso son la verdad. Me dan sustento. No me equivoqué al estudiar al Relámpago Oriental y tengo la libertad de hacerlo”. El pastor Yang dijo: “Lo que predica la gente del Relámpago Oriental excede a la Biblia; no existen palabras de Dios más allá de las que están en la Biblia. Si lo que predican se aparta de ella, entonces está equivocado”. Le respondí: “Una vez, escuché a un predicador decir lo mismo, y yo misma antes pensaba así. Pero tras leer la palabra de Dios Todopoderoso y de escuchar lo que los hermanos y hermanas de la Iglesia de Dios Todopoderoso compartieron, he podido ver que este punto de vista se basa solo en nuestras propias nociones e imaginaciones. No está para nada de acuerdo con la verdad y no concuerda con los hechos. Dios todo lo abarca y Dios es rico en sabiduría. ¿Cómo podemos limitar Sus palabras y Su obra solo a la Biblia? La Biblia dice: ‘Y hay también muchas otras cosas que Jesús hizo, que si se escribieran en detalle, pienso que ni aun el mundo mismo podría contener los libros que se escribirían’ (Juan 21:25). Aquí podemos ver que las palabras y la obra de Dios registradas en la Biblia tienen un alcance demasiado limitado. No todo lo que en su momento dijo el Señor Jesús se registró en la Biblia, mucho menos las palabras que pronunció el Señor retornado. Además, la obra de Dios Todopoderoso se construyó sobre la base que dispuso el Señor Jesús. La obra de Dios Todopoderoso y la del Señor Jesús son la obra del mismo Dios […]” El pastor Yang no escuchó una sola palabra de lo que dije y no tenía ningún interés por buscar e investigar. Solo se limitó a seguir diciendo cosas que se oponían y condenaban a Dios Todopoderoso y a la Iglesia de Dios Todopoderoso, y me preguntó: “¿Cómo te enteraste del sitio web de la Iglesia de Dios Todopoderoso? ¿Tienes sus libros? ¿Has predicado la obra de Dios Todopoderoso a otras personas? ¿La has predicado a tus hijos? Dame los nombres de las personas de la Iglesia de Dios Todopoderoso […]”. También me exigió que nunca más asistiera a una reunión de la gente de la Iglesia de Dios Todopoderoso. Si no le hacía caso y continuaba en contacto con ellos, me expulsaría de la iglesia, no me dejaría ir a otra iglesia nunca más y arruinaría mi reputación por completo. Quedé impactada por el pastor Yang que tenía justo frente a mí. ¿Cómo era posible que el pastor Yang, que siempre era tan bondadoso y humilde, y que siempre hablaba con tanta amabilidad, se hubiera convertido en una persona tan brutal e irrazonable? Le dije: “Tengo derecho a investigar la verdad, y nadie tiene derecho a interferir con eso. Respecto de si las enseñanzas del Relámpago Oriental son el camino verdadero o no, lo primero que deberías hacer es no juzgarlo y condenarlo ciegamente. Puedes ir a estudiar tú mismo en el sitio web de la Iglesia de Dios Todopoderoso, donde hay mucho contenido. Hay todo tipo de libros de las palabras de Dios. Ve a ver tú mismo si la palabra de Dios Todopoderoso es la voz del Señor Jesús retornado […]”. El pastor Yang no escuchaba en absoluto lo que yo decía, sino que seguía oponiéndose y condenándolo. Me amenazó, diciendo que debía abandonar la Iglesia de Dios Todopoderoso. Cuanto más hablaba el pastor Yang, más se excedía. Me indigné muchísimo y le dije: “El Señor Jesús dijo: ‘No juzguéis para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzguéis, seréis juzgados’ (Mateo 7:1-2). Si jamás has estudiado las palabras y la obra de Dios Todopoderoso, ¿cómo puedes hacer cualquier juicio de valor y comentario condenatorio que se te ocurra? Actuar así, ¿implica venerar al Señor?” El pastor Yang vio que no le estaba haciendo caso y que lo había refutado, así que se calló la boca.
Durante los días siguientes, el pastor Yang comenzó a vigilarme. Eso me llenó de preocupación, y también perdí la libertad de fe. En la iglesia solo había un pasillo que separaba la oficina del pastor Yang de la mía. A cada rato se aparecía en mi oficina para ver qué estaba haciendo, y a veces decía que iba al baño y me observaba desde el corredor. Un día, dos hermanas de la Iglesia de Dios Todopoderoso vinieron a mi oficina a conversar. Una vez que las hermanas se marcharon, el pastor Yang fue a buscar a mi asistente. Mi asistente más tarde me dijo que el pastor Yang le había preguntado quiénes eran esas dos personas y por qué habían venido […]. El pastor Yang me observaba todo el día, como si vigilara a un delincuente. Me hacía sentir muy agobiada y totalmente privada de libertad. Un día, no fui a la iglesia y estuve participando en una reunión en línea con algunos hermanos y hermanas. En ese preciso momento, mientras me abocaba con seriedad a tomar notas de la reunión en mi sala de estar, el pastor Yang de repente se apareció detrás de mí (la puerta estaba entreabierta y cualquiera que viniera podía entrar a la sala) y dijo: “¿Qué estás haciendo? ¿Qué estás escribiendo?” Pegué un salto, asustada por esa voz repentina e inesperada. Interiormente me sentí inquieta al ser perturbada por él de esa manera y, sin importar lo que hiciera, no lograba recuperar la tranquilidad. Me enfadé mucho con él y pensé: “Estudiar el camino verdadero en nuestra creencia en Dios es lo correcto y adecuado, y es un derecho que un cristiano debe tener”. El Espíritu Santo ya no estaba obrando dentro de nuestra iglesia, y todos los feligreses se sentían negativos, débiles y marchitos de espíritu. Estaban viviendo en un entorno que se había sumido en la oscuridad, y yo estaba buscando una iglesia en la cual obrara el Espíritu Santo. ¿Por qué estaba mal buscar las huellas de Dios? ¿Por qué quería vigilarme? ¿Por qué no me dejaba en paz?
No solo me estaba vigilando y perturbando el pastor, sino que incluso un anciano me llamó para hostigarme. Me dijo: “Lo que predica la gente de la Iglesia de Dios Todopoderoso ha excedido a la Biblia. Si crees en el Señor, no puedes traicionarlo; Él ha sido muy bondadoso contigo. No seas inconsciente […]”. Le retruqué: “Dios Todopoderoso y el Señor Jesús son el único y mismo Dios, y ciertamente no he traicionado al Señor Jesús por creer en Dios Todopoderoso. No hago más que ir al compás de los pasos del Cordero […]”. Sin embargo, sin importar cómo intentara explicarlo, el anciano era igual que el pastor. Más allá de lanzar condenas y blasfemias y de impedirme aceptar la obra de Dios Todopoderoso de los últimos días, no escuchó ni una sola palabra de lo que yo compartí con él y le aconsejé. No quise seguir hablando con él, así que inventé una excusa para cortar. Pero el anciano no me dejó en paz. Siguió llamando para hostigarme y dijo que, por creer en Dios Todopoderoso, yo había olvidado la gracia del Señor y lo había traicionado. Recordé lo que decía el Apocalipsis: “Estos son los que siguen al Cordero adondequiera que va” (Apocalipsis 14:4). Sobre la base de la obra de redención del Señor Jesús, Dios Todopoderoso está realizando la etapa de la obra que consiste en juzgar y purificar a las personas por medio de las palabras, y que yo hubiera aceptado la obra de Dios Todopoderoso de los últimos días demostraba claramente que estaba siguiendo los pasos del Cordero. ¿Cómo alguien podía decir que estaba traicionando al Señor Jesús? Al principio, cuando el Señor Jesús vino a obrar, la gente que había creído en Jehová dejó atrás la ley y aceptó el evangelio del reino de los cielos que el Señor Jesús predicaba. Ellos siguieron al Señor Jesús, pero ¿se habían olvidado de la salvación de Jehová? ¿Significó eso traicionar a Jehová? ¿Acaso no es eso una falacia? Después de que ocurrió esto, el pastor volvió a enviarme algunos mensajes en línea donde blasfemaba, se oponía y condenaba a Dios Todopoderoso. Leer esas palabras horribles me hizo sentir asqueada y furiosa otra vez. Solo Satanás era capaz de pronunciar tales blasfemias y, como líderes de la iglesia, ¿cómo era posible que no tuvieran ningún temor de Dios y que se atrevieran a decir toda clase de blasfemias? Eso me recordó las palabras del Señor Jesús: “Pero al que hable contra el Espíritu Santo, no se le perdonará ni en este siglo ni en el venidero” (Mateo 12:32). ¡Blasfemar contra Dios es un pecado muy grave y terrible! Tuve una sensación persistente de miedo por ellos pero, sin importar lo que dijera, ellos solo se tapaban los oídos y se negaban a escuchar. Solo continuaron condenando, oponiéndose y blasfemando. No lograba entenderlo: tanto el anciano como el pastor conocían la Biblia y habían estudiado teología, y las palabras de Dios Todopoderoso fueron pronunciadas con tanta claridad, así que, ¿por qué se rehusaban a buscar o estudiar Sus palabras? ¿Por qué insistían tanto en condenar y oponerse a Dios Todopoderoso?
Con esta pregunta en mente, fui a buscar a los hermanos y hermanas de la Iglesia de Dios Todopoderoso. La hermana Lin conversó conmigo y me dijo: “Respecto de por qué el anciano y el pastor no buscan ni estudian la obra de Dios Todopoderoso de los últimos días, sino que, en cambio, lo condenan y se oponen a Él en forma furiosa, Dios Todopoderoso hace mucho tiempo dejó en claro cuál es la esencia y el origen de este problema. Dios Todopoderoso dice: ‘¿Deseáis conocer la raíz de la oposición de los fariseos a Jesús? ¿Deseáis conocer la esencia de los fariseos? Estaban llenos de fantasías sobre el Mesías. Aún más, sólo creían que Él vendría, pero no buscaban la verdad de la vida. Por tanto, incluso hoy siguen esperándole, porque no tienen conocimiento del camino de la vida ni saben cuál es la senda de la verdad. Decidme, ¿cómo podrían obtener la bendición de Dios tales personas insensatas, tozudas e ignorantes? ¿Cómo podrían contemplar al Mesías? Se opusieron a Jesús porque no conocían la dirección de la obra del Espíritu Santo ni el camino de la verdad mencionado por Jesús y, además, porque no entendían al Mesías. Y como nunca le habían visto ni habían estado en Su compañía, cometieron el error de pagar un tributo vacío al nombre del Mesías mientras se oponían a Su esencia por todos los medios. Estos fariseos eran tozudos y arrogantes en esencia, y no obedecían la verdad. El principio de su creencia en Dios es: por muy profunda que sea Tu predicación, por muy alta que sea Tu autoridad, no eres Cristo a no ser que te llames el Mesías. ¿No son estas opiniones absurdas y ridículas?’ (‘En el momento que contemples el cuerpo espiritual de Jesús, Dios ya habrá vuelto a crear el cielo y la tierra’ en “La Palabra manifestada en carne”). ‘Simplemente observa a los líderes de cada denominación: son todos arrogantes y farisaicos e interpretan la Biblia fuera de contexto y según su propia imaginación. Todos confían en los dones y la erudición para hacer su obra. Si fueran incapaces de predicar nada, ¿les seguirían esas personas? Después de todo, poseen cierto conocimiento y pueden predicar sobre cierta doctrina o saben cómo convencer a los demás y cómo usar algunos artificios. Los usan para llevar a las personas ante ellos y engañarlas. Esas personas creen en Dios sólo de nombre, pero, en realidad, siguen a sus líderes. Si se encuentran con alguien que predica el camino verdadero, algunos de ellos dicen: «Tenemos que consultarle a nuestro líder respecto a nuestra creencia». Su fe tiene que pasar por un ser humano. ¿No es esto un problema? ¿En qué se han convertido, pues, esos líderes? ¿Acaso no se han vuelto fariseos, falsos pastores, anticristos y obstáculos para que las personas acepten el camino verdadero?’ (‘Sólo la búsqueda de la verdad es la verdadera creencia en Dios’ en “Registros de las pláticas de Cristo”). Cuando el Señor Jesús vino por primera vez a hacer Su obra, fue agobiado por la condena y la oposición furiosas de los líderes judíos: los sumos sacerdotes, escribas y fariseos. Al final, crucificaron al Señor Jesús. Los ancestros de los fariseos creían en Dios y eran expertos en la ley. Así pues, ¿por qué se opondrían y condenarían al Señor Jesús y lo crucificarían? A partir de la palabra de Dios, podemos ver que esto fue ocasionado por su naturaleza satánica de ser arrogantes, engreídos y no someterse a la verdad. El Señor Jesús expresó muchísima verdad, pero ellos no la buscaron ni la estudiaron, sino que, en cambio, se aferraron a sus propios puntos de vista. Su creencia en Dios se basaba solo en sus propias nociones e imaginaciones, e interpretaban la Biblia sacando de contexto los versículos. Por eso, estuvieron ciegos, y no lograron ningún esclarecimiento de Dios. No conocían la obra del Espíritu Santo y no comprendían la verdad, y tampoco podían entender la voz de Dios. Esto hizo que las palabras de la Biblia se hicieran realidad: ‘Al oír oiréis, y no entenderéis; y viendo veréis, y no percibiréis; porque el corazón de este pueblo se ha vuelto insensible y con dificultad oyen con sus oídos; y sus ojos han cerrado’ (Mateo 13:14-15). Los pastores y ancianos de los círculos religiosos de los últimos días son iguales que los fariseos de aquella época, ya que a lo que le dan importancia es al conocimiento de la Biblia y a la teoría teológica. Se basan en sus propias ideas e imaginaciones para interpretar la palabra del Señor y para limitar la manera en la que Él regresará. Se aferran con obstinación a sus propias nociones e imaginaciones y no buscan la verdad en absoluto. No solo no estudian la obra de Dios de los últimos días, sino que se oponen a Él y lo condenan ciegamente, lo que deja en evidencia su obstinación y su naturaleza satánica de arrogancia y hostilidad hacia la verdad. Estudian teología y adquieren formación en el conocimiento de la Biblia, pero eso no significa que tengan ningún amor por la verdad, ni significa que sean capaces de aceptarla y obedecerla. Exponen su conocimiento de la Biblia y la teoría teológica y su única meta consiste en ganar renombre y reputación. Hacen eso para salvaguardar su propio estatus y hacer que los creyentes los admiren con reverencia, los adoren y los sigan. Ellos ven que las palabras que expresa Dios Todopoderoso son la verdad y que son capaces de conquistar y salvar a la gente, y que muchas personas que aman la verdad y que anhelan la aparición de Dios han leído la palabra de Dios Todopoderoso y se han vuelto hacia Él. Creen que la obra de Dios Todopoderoso amenaza su estatus y su medio de vida, así que luchan ferozmente y hacen todo lo posible por condenarlo y oponerse a Él. Recurren a cualquier medio necesario con el fin de obstruir e impedir que los creyentes se vuelvan a Dios Todopoderoso con el propósito de dominar al pueblo escogido de Dios para siempre. Esta es la causa principal de por qué los ancianos y los predicadores no buscan ni estudian la obra de Dios Todopoderoso y de por qué se oponen a Él y lo condenan de manera furiosa. En los actos malvados de los predicadores y los ancianos que se oponen a Dios puede verse que ellos son los fariseos de nuestra época, y que son los obstáculos y las piedras de tropiezo que impiden que los creyentes acepten el camino verdadero y sean arrebatados al reino celestial. Ellos son los anticristos que se oponen a Dios y lo convierten en su enemigo, y que han sido revelados por la obra de Dios de los últimos días”.
Tras escuchar la palabra de Dios Todopoderoso y lo que las hermanas compartieron, lo comparé con lo que el pastor y el anciano habían dicho y hecho. Vi que la palabra de Dios Todopoderoso se expresó de una manera muy práctica y que, si bien el pastor y el anciano tenían mucho conocimiento bíblico y podían exponer sobre la Biblia, eso no significaba que conocieran a Dios. Se basaban en el talento natural y el conocimiento en su trabajo para elevarse de manera que los demás los adoraran y los siguieran. A simple vista, parecía que servían a Dios, pero en realidad servían a sus propias nociones e imaginaciones, su propio estatus y medio de vida. Al hostigarme e interferir constantemente, pude ver quiénes eran realmente el pastor y el anciano. Eran anticristos que creían en Dios pero no buscaban la verdad, y que servían a Dios pero a la vez se oponían a Él. A pesar de que el pastor y el anciano siguen hostigándome hasta el día de hoy, ya he visto con claridad su verdadera esencia anticrística de hostilidad hacia la verdad y de oposición a Dios. No seguiré permitiendo que ellos me hostiguen ni me controlen, y estoy totalmente segura de que la obra de Dios Todopoderoso de los últimos días es la verdad. ¡Deseo seguir a Dios Todopoderoso hasta el final y jamás me rendiré! ¡Amén!
¡Gracias por visitar mi blog! Ahora se han cumplido las profecías de la venida del Señor, también es el momento crucial para darle la bienvenida. Entonces, ¿cómo podemos recibir al Señor y ser arrebatados al reino de los cielos? Si se encuentra con problema y confusión en su fe y vida, le invitamos a comunicarse y explorar con nosotros a través de Messenger.
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Scripture quotations taken from LBLA Copyright by The Lockman Foundation.
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