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Conocer las tres etapas de la obra de Dios es la senda para conocer a Dios (Parte 2)

La Palabra de Dios es el alimento espiritual que Dios da a los cristianos, la mayor provisión de vida para los cristianos. Ver vídeos de la Palabra de Dios  cada día es una manera de recibir la obra del Espíritu, mediante la cual los cristianos pueden acercarse más a Dios y ser aprobados y bendecidos por Dios. 



La obra de Dios mismo es la visión que el hombre debe conocer, porque no la puede conseguir ni la posee. Las tres etapas de la misma constituyen la totalidad de la gestión de Dios, y no hay visión mayor que el hombre deba conocer. Si este no conoce esta visión poderosa, no es fácil conocer a Dios ni entender Su voluntad, y, además, la senda por la que el hombre camina se volverá cada vez más dura. Sin visiones, el hombre no hubiera sido capaz de llegar hasta aquí. Son estas las que han salvaguardado al hombre hasta hoy, y las que le han proporcionado la mayor protección. En el futuro, vuestro conocimiento debe volverse más profundo, y debéis llegar a conocer la totalidad de Su voluntad, así como la esencia de Su obra sabia en las tres etapas de la obra. Solo esto es vuestra verdadera estatura. La etapa final de la obra no se queda sola, sino que forma parte de un todo junto con las dos anteriores, es decir, es imposible completar toda la obra de salvación haciendo únicamente una de las tres etapas de la obra. Aunque la etapa final de la misma pueda salvar totalmente al hombre, esto no significa que sólo sea necesario llevar a cabo esta etapa por sí sola, y que las dos anteriores no sean necesarias para salvar al hombre de la influencia de Satanás. Ninguna etapa de las tres puede esgrimirse por sí sola como la única visión que toda la humanidad debe conocer, porque la totalidad de la obra de salvación está constituida por las tres etapas de la obra, no una de ellas por sí sola. Mientras no se haya cumplido la obra de salvación, la gestión de Dios no podrá llegar a un final completo. El ser, el carácter y la sabiduría de Dios se expresan en la totalidad de la obra de salvación, y no se le revelaron al hombre al principio, sino que se han expresado gradualmente en la misma. Cada etapa de esta expresa parte del carácter de Dios, y parte de Su ser; no todas las etapas de la obra pueden expresar de forma directa y completa la totalidad del ser de Dios. Así pues, la obra de salvación sólo puede concluir totalmente una vez que las tres etapas de la obra se hayan completado, y por tanto el conocimiento de la totalidad de Dios por parte del hombre es inseparable de las mismas. Lo que el hombre obtiene de una etapa de la obra es simplemente el carácter de Dios que se expresa en una sola parte de Su obra. No puede representar el carácter y el ser expresados en las etapas anterior o posterior. Esto se debe a que la obra de salvación de la humanidad no puede finalizarse en el acto durante un período, o en un lugar, sino que se va volviendo cada vez más profunda de acuerdo al nivel de desarrollo del hombre en diferentes momentos y lugares. Es una obra llevada a cabo en etapas, y no se completa en una sola. Así pues, toda la sabiduría de Dios se cristaliza en las tres etapas y no en una sola. Así que, todo Su ser y sabiduría se establecen en estas tres etapas, y cada una de ellas contiene Su ser, y registra la sabiduría de Su obra. El hombre debería conocer todo el carácter de Dios expresado en estas tres etapas. Todo este ser de Dios es de la mayor importancia para toda la humanidad, y si las personas no tienen este conocimiento cuando adoran a Dios, entonces no son diferentes de los que adoran a Buda. La obra de Dios en medio del hombre no está escondida de él, y todos los que adoran a Dios deberían conocerla. Como Él ha llevado a cabo las tres etapas de la obra de salvación en medio del hombre, este debería conocer la expresión de lo que Él tiene y es durante estas tres etapas de la obra. Esto es lo que el hombre debe hacer. Lo que Dios le esconde es lo que este es incapaz de lograr, y lo que no debería saber, mientras que le muestra aquello que debería saber y poseer. Cada una de las tres etapas se lleva a cabo sobre el fundamento de la anterior, no de forma independiente, separada de la obra de salvación. Aunque existen grandes diferencias en la era y el tipo de obra realizada, en su núcleo sigue estando la salvación de la humanidad, y cada etapa de la obra de salvación es más profunda que la anterior. Cada una de ellas continúa desde el fundamento de la última, que no se ha abolido. De esta forma, en Su obra que siempre es nueva y nunca vieja, Dios está expresando constantemente aspectos de Su carácter que nunca antes se han expresado al hombre, y siempre está revelando a este Su nueva obra, y Su nuevo ser, y aunque la vieja guardia religiosa hace todo lo que puede para resistirse a esto, y se opone abiertamente a ello, Dios siempre hace la nueva obra que pretende hacer. Su obra siempre está cambiando, y por ello siempre está encontrando la oposición del hombre. Así, también Su carácter siempre está cambiando, al igual que la era y los beneficiarios de Su obra. Además, Él siempre está haciendo obra que nunca ha hecho antes, incluso llevando a cabo una que al hombre le parece una contradicción de la que se ha realizado anteriormente, que va contra ella. El hombre sólo es capaz de aceptar un tipo de obra, o una forma de práctica y resulta difícil para él aceptar la obra, o las formas de práctica, que están en conflicto con ellos, o que son más elevadas que ellos. Pero el Espíritu Santo siempre está haciendo nueva obra, y así aparecen grupo tras grupo de expertos religiosos que se oponen a la nueva obra de Dios. Estas personas se han vuelto expertos, precisamente porque el hombre no tiene conocimiento de que Dios siempre es nuevo y nunca viejo ni de los principios de Su obra, y, menos aún de las muchas formas en las que Dios salva al hombre. Como tal, el ser humano es totalmente incapaz de distinguir si esta obra procede del Espíritu Santo, y si es de Dios mismo. Muchas personas se aferran a una actitud en la que, si algo se corresponde con las palabras que vinieron antes, la aceptan, y si hay diferencias con la obra anterior, se oponen a ella y la rechazan. ¿No os ceñís todos hoy a tales principios? Las tres etapas de la obra de salvación no han tenido gran efecto en vosotros, y están aquellos que creen que las dos etapas anteriores de la obra son una carga que sencillamente no necesitan conocer. Piensan que estas etapas no deberían declararse a las masas y deberían retirarse lo antes posible, ya que las dos etapas anteriores, de las tres que forman la obra, no tienen por qué abrumar a las personas. La mayoría cree que dar a conocer las dos etapas previas de la obra es ir demasiado lejos, y que no ayuda en absoluto para conocer a Dios; esto es lo que pensáis. Hoy, todos creéis que es correcto actuar de esta forma, pero llegará el día en que seáis conscientes de la importancia de Mi obra: sabed que Yo no hago ninguna obra que no sea significativa. Si os estoy declarando las tres etapas de la obra, estas deben ser beneficiosas para vosotros; como las tres son el núcleo de toda la gestión de Dios, deben ser el centro de atención de todos a lo largo del universo. Un día, todos seréis conscientes de la importancia de esta obra. Sabed que os oponéis a la obra de Dios, o usáis vuestras propias nociones para medir la obra de hoy, porque no conocéis los principios de Su obra, y porque no os tomáis lo bastante en serio la obra del Espíritu Santo. Vuestra oposición a Dios y la obstrucción de la obra del Espíritu Santo están causadas por vuestras nociones y vuestra arrogancia inherente. No se debe a que la obra de Dios sea errónea, sino a que sois demasiado desobedientes por naturaleza. Después de encontrar su creencia en Dios, algunas personas ni siquiera pueden afirmar con certeza de dónde vino el hombre, pero se atreven a hacer discursos públicos evaluando lo bueno y lo malo de la obra del Espíritu Santo. E incluso reprenden a los apóstoles que tienen la nueva obra del Espíritu Santo, haciendo comentarios y hablando con insolencia; su humanidad es demasiado baja, y no hay la más mínima razón en ellos; ¿no llegará el día en que tales personas sean rechazadas por la obra del Espíritu Santo, y quemadas por los fuegos del infierno? No conocen la obra de Dios, pero la critican, y también intentan ordenarle cómo obrar. ¿Cómo pueden conocer a Dios personas tan irrazonables? El hombre llega a conocer a Dios durante el proceso de buscarlo y experimentarlo; criticándolo a su antojo no llegará a conocerlo a través del esclarecimiento del Espíritu Santo. Cuanto más preciso es el conocimiento que las personas tienen de Dios, menos se oponen a Él. Por el contrario, cuanto menos saben de Él, más probable es que se opongan a Él. Tus nociones, vieja naturaleza y humanidad, tu personalidad y perspectiva moral son el “capital” con el que resistes a Dios, y cuanto más corrupto, degradado y bajo eres, más enemigo eres de Dios. Quienes poseen unas nociones firmes y tienen un carácter santurrón son aún más enemigos del Dios encarnado; estas personas son los anticristos. Si no rectificas tus nociones, siempre serán contrarias a Dios; nunca serás compatible con Él, y siempre estarás separado de Él.

De ‘Conocer las tres etapas de la obra de Dios es la senda para conocer a Dios’ en "La Palabra manifestada en carne"

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