¿Qué podemos aprender de la vida del rey Salomón? Me siento muy perplejo cada vez que leo el libro de Eclesiastés que dice: “Propuse en mi corazón agasajar mi carne con vino, y que anduviese mi corazón en sabiduría, con retención de la necedad, hasta ver cuál fuese el bien de los hijos de los hombres, en el cual se ocuparan debajo del cielo todos los días de su vida. Engrandecí mis obras, edifiquéme casas, plantéme viñas; Híceme huertos y jardines, y planté en ellos árboles de todos frutos; Híceme estanques de aguas, para regar de ellos el bosque donde los árboles crecían” (Eclesiastés 2:3-6), y “Miré yo luego todas las obras que habían hecho mis manos, y el trabajo que tomé para hacer las: y he aquí, todo vanidad y aflicción de espíritu, y no hay provecho debajo del sol” (Eclesiastés 2 :11). Aclamado como el rey de la sabiduría, Salomón estaba lleno de una sabiduría que Jehová Dios le había otorgado y poseía una riqueza envidiable. Por lo tanto, debería haber estado muy contento, pero, ¿por qué no solo no tenía alegría? Sino que incluso llegó a decir las palabras: “Yo miré todas las obras que se hacen debajo del sol; y he aquí, todo ello es vanidad y aflicción de espíritu” (Eclesiastés 1:14). ¿Podría ser que tal abundancia de comodidades materiales no fuera capaz de darle la satisfacción espiritual?
Solo después de leer la Palabra de Dios, alcancé a saber que lo que el hombre realmente necesita no es solo el disfrute material. La Palabra de Dios dice: “Y es que sin la dirección de Dios, por mucho que los gobernantes y sociólogos se devanen los sesos para preservar la civilización humana, todo es inútil. Nadie puede llenar el vacío en el corazón del hombre, porque nadie puede ser su vida, y ninguna teoría social puede liberarlo del vacío que lo aflige”. De “Dios preside el destino de toda la humanidad”
“La frase ‘el Hijo del Hombre es el Señor aún en el día de reposo’ les dice a las personas que todo lo de Dios es inmaterial, y aunque Dios pueda suplir todas tus necesidades materiales, una vez satisfechas estas, ¿puede la satisfacción que proporcionan estas cosas sustituir tu búsqueda de la verdad? ¡Es evidente que no es posible! El carácter de Dios y lo que Él tiene y es, sobre los que hemos estado comunicando, son la verdad. No se pueden medir con el alto precio de los objetos materiales ni su valor se puede cuantificar con dinero, porque no es algo material y suple las necesidades del corazón de todas y cada una de las personas. Para cada persona, el valor de estas verdades intangibles debería ser mayor que el de cualquier cosa material que te parezca hermosa, ¿verdad? Esta declaración es algo a lo que tenéis que dedicarle tiempo. La idea clave de lo que he dicho es que lo que Dios tiene y es, y todo lo suyo, son los más importantes para cada persona y no pueden ser sustituidos por ningún objeto material. …lo que procede de Dios, lo que Él tiene y es, y Su todo son mayores que cualquier otra cosa, incluido aquello o a aquella persona que una vez creíste valorar más. Esto significa que si una persona no puede tener las palabras de la boca de Dios o no entiende Su voluntad, no puede lograr la paz”. De “La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo III”
El hombre fue creado por Dios. Lo que más necesitamos es el suministro de vida de Dios y la guía de Dios. Si las criaturas nos alejamos del Creador, es como la rama que se separa del tronco, nos marchitaremos gradualmente, nuestra vida se irá desvaneciendo poco a poco, y finalmente moriremos. Entonces, para cada uno de nosotros, el suministro de vida y el espíritu de Dios no puede ser sustituido por ningún objeto material, dinero o cualquier persona que amemos.
De la historia del rey Salomón, aprecio profundamente que si perdemos la provisión de Dios para nosotros, no importa cuán elevados y duros seamos, aún somos impotentes. Sin la provisión de vida de Dios, nos marchitaremos; aparte de Dios, no lograremos nada. Por lo tanto, conocer a Dios y recibir el suministro de vida de parte de Dios es de suma importancia para nosotros, los seres creados.
Cuando el rey Salomón era joven, confiaba sinceramente en Jehová Dios, y Jehová Dios lo hizo convertirse en el rey más rico y sabio, pero no conoció a Dios. Aunque habló muchas palabras de sabiduría, realmente no ganó el camino de Dios; aunque disfrutaba mucho del disfrute material, finalmente descubrió que todo era vanidad y aflicción de espíritu. ¿No es el problema deL rey Salomón también el de todas las personas de este mundo?
Aparentemente, no importa en qué circunstancias nos encontremos, ya sea que poseamos riquezas indescriptibles y disfrutemos de los beneficios materiales que otros no pueden disfrutar, vivir una vida pacífica y feliz, o sufrir dolores, si no hemos ganado la verdad y la vida de Dios y no tenemos conocimiento del Creador, entonces todos nosotros no seremos nada al final.
No es extraño que el Libro de los Proverbios diga: “El temor de Jehová es el principio de la sabiduría; Y la ciencia de los santos es inteligencia” (Proverbios 9:10).
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