Cuando pensamos en los cactus, lo que de inmediato se nos ocurre es que están cubiertos de espinas que nos pichan si no tenemos cuidado. Nos hace querer estar lo más lejos posible de ellos. Pocas personas les gustan, y una vez no fui la excepción. Pero algunas experiencias cambiaron mi punto de vista de los cactus y me llevaron a descubrir muchos de sus secretos…
Cuando estaba en el tercer grado de la escuela primaria, tuve paperas. Después de varios días de inyecciones y de tomar medicamentos, los síntomas no mejoraron y, más tarde, mi condición empeoró. Mis dos mejillas estaban hinchadas y la hinchazón de mi garganta hacía que me doliera comer, y era difícil beber o tragar. Junto con mi fiebre y dolor de cabeza, estaba tan débil y agotado que solo podía tropezar hasta mi cama y quedarme allí. Cuando mi madre se enteró de que el cactus puede curar las paperas, rápidamente encontró algunos, hizo una pasta y se lo aplicó a las áreas afectadas. Después, inmediatamente sentí un escalofrío en mi cara, y mi pesada cabeza finalmente se sintió despierta y alerta. Después de aplicar la pasta de cactus durante cuatro o cinco días, las paperas esencialmente se habían aclarado. Más tarde, tuve varios ataques de amigdalitis, que también se curaron con cactus. En ese momento, solo pude suspirar con asombro: ¡El cactus es realmente increíble!
Un día de enero de 2017, derramé accidentalmente una olla de agua recién hervida en mi pie izquierdo. Me quité rápidamente los calcetines y me puse ungüento, pero no alivió el dolor que me quemaba. Más tarde, apliqué gel de áloe vera. Aunque alivió un poco del dolor, en poco tiempo, mi tobillo y mi empeine estaban cubiertos de ampollas dolorosas e hinchadas. Luego apliqué aceite de oliva y jengibre a las heridas, pero no mejoró.
Entonces, un día, escuché que el cactus podría curar quemaduras. Hice una pasta del cactus y la aplicé a mis heridas y sorprendentemente, después de 3 a 4 días, las heridas ya no hacen daño, y la costra se cayó una semana después. Lo que me sorprendió aún más es que después de que una herida tan grande había sanado, ¡no había cicatrices! Fue una experiencia emocionante y conmovedora: Fue increíble descubrir que el cactus espinoso en realidad tiene un efecto tan poderoso. Encendí mi
computadora y aprendí que los cactus pueden ayudar a la energía vital y la circulación sanguínea, enfriar la sangre, detener el sangrado, desintoxicar y aliviar la hinchazón y también pueden curar el dolor de estómago, la disentería, las mordeduras de serpientes, las quemaduras y muchos más. ¡Había realmente tantos usos!
Más tarde, leí en la palabra de Dios: “Además, entre todas las cosas, sean animales, plantas o todo tipo de hierbas, Dios también creó algunas plantas necesarias para curar las lesiones o las enfermedades del cuerpo humano. […] ¿Qué haces, por ejemplo, si te quemas accidentalmente con una llama o con agua caliente? ¿Puedes enjuagarte con agua? Por ejemplo, si tienes fiebre, te resfrías, te lesionas a causa del trabajo físico, tienes dolor estomacal por haber comido algo indebido o desarrollas ciertas enfermedades por culpa de hábitos de vida o asuntos emocionales, como enfermedades vasculares, condiciones psicológicas o enfermedades de los órganos internos, existen plantas correspondientes que curan todo esto. Hay plantas que mejoran la circulación de la sangre para eliminar la paralización, plantas que alivian el dolor, que restañan el sangrado, plantas anestésicas, otras que ayudan a las personas a recuperar la normalidad en su piel, que eliminan la hemostasia y otras que eliminan las toxinas del cuerpo. En resumen, pueden usarse todas en la vida cotidiana. Las personas pueden utilizarlas y Dios las ha preparado para el cuerpo humano en caso de que las necesiten. Él permitió que el hombre descubriera algunas de ellas accidentalmente, mientras que otras llegaron a conocerse gracias a ciertos fenómenos o por ciertas personas preparadas por Dios. Tras su descubrimiento, la humanidad las transmitiría, y muchas personas sabrían de las mismas. De esta manera, la creación de estas plantas por Dios tiene valor y sentido. En resumen, todas estas cosas son de Dios y Él las preparó y plantó cuando creó un entorno de vida para la humanidad. Todas estas cosas son muy necesarias. ¿No demuestra esto que cuando Dios creó los cielos, la tierra y todas las cosas, Sus consideraciones fueron mejor concebidas que las de la humanidad? Cuando ves todo lo que Dios ha hecho, ¿puedes sentir el lado práctico de Dios? Él obró en secreto. Cuando el hombre aún no había llegado a este mundo, antes de entrar en contacto con esta humanidad, Dios ya había creado todo esto. Todo lo que hizo fue por el bien de la humanidad, por el bien de su supervivencia, y por la consideración de su existencia, de forma que el hombre pudiese vivir en este mundo material rico y abundante que Dios preparó para él y, por tanto, vivir felizmente sin tener que preocuparse por la comida o la ropa, y sin que le falte de nada”.
De la palabra de Dios, llegué a comprender que cuando Dios creó todas las cosas, fue especialmente atento y concienzudo. No sólo preparó el ambiente en el que vivimos y los diversos alimentos de los que dependemos, sino que también creó plantas con valor medicinal. Nuestras enfermedades pueden aliviarse y curarse, al igual que las paperas y la amigdalitis que tuve cuando era niño, y también las quemaduras que sufrí el año pasado. Después de usar todos los métodos que se me ocurrieron, no vi ninguna mejora, pero mis enfermedades se curaron después del tratamiento con el cactus y no hubo efectos secundarios. ¡Eso fue realmente increíble! A través de esto, vi que todas las cosas que Dios creó tienen valor y significado, ¡y son todas las cosas que necesitamos en nuestra vida diaria! El cactus fue preparado por Dios para sanar nuestras enfermedades. Al mismo tiempo, por su valor medicinal, también vi la maravillosa sabiduría de Dios en cómo Él creó todo, y el hecho de que las buenas intenciones de Dios para la humanidad están en todas partes. ¡El amor de Dios es tan práctico y tan exquisitos! ¡El Creador es verdaderamente digno de nuestra alabanza! ! Gracias a Dios!
Por Cao Jianyi, Grecia
(Traducido del original en inglés al español por Jose M. Flecha)
Fuente: Caminando con Jesucristo
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