Ir al contenido principal

En medio del desastre vi la mano de Dios

Ying Xin, Pekín
15 de agosto de 2012
El 22 de julio de 2012, al día siguiente de la inundación de Pekín ocurrida el 21 de julio, me apresuré a visitar a una hermana que había aceptado la obra de Dios de los últimos días hacía dos meses. ¡En cuanto entré en su aldea la escena que vi ante mí me dejó estupefacta! Vi que las carreteras se habían derrumbado dejando al descubierto sus cimientos bajo el asfalto. Por todas partes había fragmentos de piedra caídos de la montaña, el más grande pesaría unas cuantas toneladas. El lodo se había amontonado hasta treinta centímetros de profundidad y el agua de lluvia que se deslizaba por las laderas de la montaña ya había formado un pequeño río… El pueblo entero estaba en un completo desorden, totalmente irreconocible.
Pasé por el pueblo y, a medio camino subiendo por la montaña, vi a la hermana Li (la nueva hermana). Ella me describió cómo se había desarrollado el desastre.
La noche del 21 el esposo de esta hermana estaba cocinando en un pequeño cobertizo contiguo a su casa de piedra. Ambos hablaban y reían juntos, sin jamás imaginar en lo terrible que esta tormenta se podría convertir. Cuando la hermana se dio cuenta de que el agua entraba a borbotones dentro de las botas de goma hasta la rodilla que llevaba puestas, de repente tuvo un mal presentimiento. Ella gritó: “¡Estamos en problemas! ¡Rápido, corramos hacia la cima de la montaña!”. Tan pronto como ella había dicho esto, vieron una corriente de agua descendiendo por la colina, inundando el suelo hasta un metro de profundidad. En ese instante la hermana se aterrorizó; en su urgencia, agarró a su esposo y ambos comenzaron a subir la pendiente con la ayuda de algunos algarrobos colocados detrás de la casa. Sólo un minuto después de haber alcanzado la cima, el torrente que corría por la montaña desencadenó un derrumbamiento de rocas, peñascos y escombros. El scooter eléctrico, las bicicletas y el pequeño cobertizo en el patio, e incluso una esquina de la casa de piedra, fueron abruptamente arrasados por la feroz corriente.
Después, la hermana dijo: “Mientras observaba todas esas cosas siendo arrastradas, no sentí miedo; por el contrario, en mi corazón me sentía especialmente tranquila y en paz. A pesar de que nuestras cosas se habían ido, yo todavía tenía a Dios. Debido a que la fuerza de la corriente era tan enorme cualquiera que hubiera caído en ella sin duda habría muerto, pero nosotros estábamos bien. Esto es porque Dios Todopoderoso nos salvó”. Cuando la hermana regresó a casa para ordenarla se tropezó por casualidad con su copia de Selecciones de los registros de las tres etapas de la obra de Dios, que estaba sobre la cama, completamente intacta y sin daños. El agua no había sumergido la cama ni había mojado el libro, a pesar de que todas las demás cosas en la habitación, incluyendo el escritorio y las sillas, estaban flotando. La hermana dijo emocionada: “Dios me dejó este libro deliberadamente. ¡De ahora en adelante debo hacer lo mejor posible por seguirlo!”. Ella también dijo que, usualmente, después de regresar del trabajo y cambiarse, ella dejaba tirada su ropa por todas partes, pero que ese día ella las había colgado en su lugar. Sólo más tarde, al revisar sus cosas, fue que descubrió que tenía dos mil yuanes en un bolsillo de su ropa. Todo esto fue gracias a la protección de Dios. Cuando la hermana y yo caminamos por la parte posterior de su cobertizo de siembra de champiñones un escenario aún más asombroso nos impactó: el camino que conducía desde el cobertizo a la zona de la villa estaba cubierto por treinta o cuarenta centímetros de altura de rocas y peñascos; estos habían bloqueado el acceso del torrente que se precipitaba por la montaña hacia su cobertizo de sembradío de champiñones y su casa de piedra y, en vez de ello, causó que la corriente se desviara y alejara. Parecía como si al diluvio y a las piedras les hubieran salido ojos. ¡Las acciones de Dios son realmente milagrosas!
En realidad el propósito de Dios en los desastres no es destruir completamente a la humanidad sino más bien usar la calamidad para sacudir nuestras almas, despertarnos y permitirnos a todos ver claramente la vida en medio de la catástrofe y, como consecuencia, zafarnos de la red de Satanás y regresar a Dios para recibir Su salvación y protección. Al mismo tiempo, Dios quiere usar los desastres para hacernos conocerlo genuinamente a Él, ver Sus acciones y ser ganados por Dios. Este es el amor y la misericordia de Dios para nosotros los humanos. Las letras del himno de la declaración de Dios, “Dios desciende con juicio”, se cantan así: “Hoy, Dios no sólo está descendiendo sobre la nación del gran dragón rojo, también está volviendo Su rostro hacia todo el universo, de forma que todo el empíreo tiembla. ¿Existe un solo lugar que no se someta al juicio de Dios? ¿Hay un solo lugar que no exista bajo los azotes que Dios lanza? Dondequiera que Dios va ha esparcido ‘semillas de desastre’ de todo tipo. Esta es una de las formas en que Dios trabaja, y es sin duda un acto de salvación para el hombre; lo que Dios le extiende sigue siendo un tipo de amor […]. Dios desea hacer que incluso más personas lleguen a conocerlo, puedan verlo, y de esta forma lleguen a venerar al Dios a quien no han visto durante tantos años, pero que hoy es práctico”.
Hermanos y hermanas, en este tiempo de desastres frecuentes, ¿cómo debemos elegir nuestra senda? ¿Cómo debemos cumplir fielmente con nuestro deber final mientras permanecemos atentos a la voluntad de Dios? Cuanto más grande sea la catástrofe, más ansioso se vuelve Dios. ¡Seamos todos capaces de entender Sus serios pensamientos e impacientes intenciones, para que podamos tomar activamente la iniciativa de actuar en concordancia con Dios, aceptar el llamado de Dios y Su encargo, llevar aún más almas ante Él y que en el momento final y crucial ofrezcamos nuestro ser entero a Él, difundiendo el evangelio del reino!

Fuente: Relámpago oriental

Recomendación: 


¿Cómo puede la humanidad evitar la gran tribulación? "La bendición de Dios" | Vídeo cristiano

Suele decirse que "las tormentas vienen sin avisar y la desgracia acontece de un día para otro". En esta era de rápida expansión de la ciencia, el transporte moderno y la riqueza material, cada día suceden más desastres a nuestro alrededor. Al abrir el periódico o encender la TV, sobre todo vemos guerras, terremotos, tsunamis, huracanes, incendios, inundaciones, accidentes aéreos, desastres mineros, agitación social, conflictos violentos, atentados terroristas, etc. No vemos más que calamidades naturales y desastres provocados por el hombre. Dichos desastres ocurren con frecuencia y cada vez son más intensos. La embestida de los desastres acarrea sufrimiento, sangre, mutilaciones y muerte. Siempre hay desgracias a nuestro alrededor que hacen notar la brevedad y fragilidad de la vida. No podemos predecir qué tipo de desastres afrontaremos en el futuro, ni tampoco sabemos cómo deberíamos actuar. Como integrantes de la humanidad, ¿qué debemos hacer para librarnos de estos desastres? Hallarás la respuesta en este programa. Descubrirás el único modo de recibir la protección de Dios para sobrevivir a los desastres inminentes.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Música cristiana 2018 | "Si Dios no me hubiera salvado" Dios me da una nueva vida

Iglesia de Dios Todopoderoso |  música cristiana 2018 | "Si Dios no me hubiera salvado" Dios me da una nueva vida I Si Dios no me hubiera salvado, aún iría a la deriva por el mundo, caminando con dolor en el pecado, sin esperanza cada día y desolado.

Dios utiliza palabras para realizar Su obra de juicio

Dios utiliza palabras para realizar Su obra de juicio      ¡Hola, hermanos y hermanas! Os damos la bienvenida a nuestro programa. Ahora seguiremos hablando de la obra del juicio de Dios en los últimos días. Dice Dios Todopoderoso : "La obra de juicio es la obra propia de Dios, así que naturalmente la debe hacer Dios mismo; el hombre no la puede hacer en Su lugar. Ya que el juicio es la conquista del hombre por medio de la verdad, es incuestionable que Dios todavía aparezca en la i magen encarnada para hacer esta obra entre los hombres. Es decir, en los últimos días, Cristo usará la verdad para enseñarles a los hombres de todo el mundo y para darles a conocer todas las verdades. Esta es la obra de juicio de Dios." (De "La Palabra manifestada en carne") Entonces, ¿cómo podemos recibir la verdad, el camino y la vida de Dios? El siguiente programa nos contará la respuesta a esta pregunta. ¡Esperamos que Dios nos guíe!

Fragmento 5 de película evangélico "Revelar el misterio de la Biblia"

Fragmento 5 de  Película cristiana "Revelar el misterio de la Biblia" Los pastores y ancianos a menudo enseñan que no se puede llamar creyentes a los que se apartan de la Biblia, que sólo aferrándose a ella pueden ganar vida y entrar en el reino de los cielos. Sin embargo, ¿concuerda esta idea con la voluntad del Señor? ¿Es la Biblia la que puede darnos vida o es Dios? El Señor Jesús dijo: “Examináis las Escrituras porque vosotros pensáis que en ellas tenéis vida eterna ; y ellas son las que dan testimonio de mí; y no queréis venir a mí para que tengáis vida” (Juan 5:39 -40). Dios Todopoderoso dice: “El Cristo de los últimos días trae la vida y el camino de la verdad, duradero y eterno. Esta verdad es el camino por el que el hombre obtendrá la vida, y el único camino por el cual el hombre conocerá a Dios y por el que Dios lo aprobará” (La Palabra manifestada en carne). La fuente de la vida es Cristo y no la Biblia. Sólo Cristo es la fuente de la vida y Él es el Señor de la B