El Señor profetizó que vendría en los últimos días, diciendo: “Aún tengo otras muchas cosas que deciros; mas por ahora no podéis comprenderlas. Cuando venga el Espíritu de verdad, él os enseñará todas las verdades necesarias para la salvación […]” (Juan 16:12-13). “He aquí que estoy a la puerta de tu corazón, y llamo; si alguno escuchare mi voz y me abriere la puerta, entraré a él, y con él cenaré, y él conmigo” (Apocalipsis 3:19).
A partir de las profecías, se puede ver que el Señor expresará la verdad y revelará el misterio cuando regrese. ¡Aquellos que dan importancia a la voz de Dios son las vírgenes prudentes y pueden recibir al Señor! Al igual que Pedro vio que el Señor Jesús podía calmar el viento y el mar con una palabra y resucitar a un muerto con una palabra... Observó cuidadosamente las palabras y la obra del Señor Jesús, y finalmente fue iluminado por Dios y reconoció que Él es el Hijo del Dios viviente. Y otro ejemplo: La mujer samaritana, después de que el Señor reveló el secreto escondido en su corazón, ella reconoció que el Señor Jesús era el Mesías venidero y lo siguió, y al final obtuvo la salvación de Dios. Si queremos darle la bienvenida al Señor, lo más crítico es concentrarnos en escuchar la voz de Dios.
Entonces, ¿cómo podemos escuchar la voz de Dios? Haga clic para ver el vídeo destacado de la película “‘Llamar a la puerta’ - El Señor llama a la puerta. ¿Eres capaz de reconocer la voz del Señor?”, le ayudará a encontrar la senda de escuchar la voz de Dios.
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