Al ver que los desastres están ocurriendo uno tras otro, muchas personas consideran que esto es la señal del regreso del Señor y el día del Señor se está aproximando. De hecho, las señales de Su regreso han aparecido básicamente, esto significa que el Señor ha venido. Tal como lo que los discípulos preguntaron al Señor: “Dinos, ¿cuándo sucederá esto, y cuál será la señal de tu venida y de la consumación de este siglo?” (Mateo 24:3). Les respondió Jesús así: “Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino, y en diferentes lugares habrá hambre y terremotos. Pero todo esto es solo el comienzo de dolores” (Mateo 24:7-8). De esto podemos ver que cuando los desastres sucedan con frecuencia en todo el mundo será el momento en que regrese el Señor. De aquí, quizás ustedes preguntarán por qué no han visto al Señor si Él ya ha venido. Es porque el Señor primero desciende encarnándose en secreto. Esto exactamente cumple las profecías bíblicas: “He aquí, vengo como ladrón” (Apocalipsis 16:15). “Por eso, también vosotros estad preparados, porque a la hora que no pensáis vendrá el Hijo del Hombre” (Mateo 24:44). La expresión mencionada “el Hijo del hombre” se refiere a la encarnación de Dios, al igual al Señor Jesús, se vio como un hombre común en apariencia, llevaba una vida corriente, pero poseía esencia divina y podía expresar la verdad para proveer al hombre en cualquier momento; y las expresiones “vengo como ladrón” y “a la hora que no pensáis” indican que el Señor vendrá en silencio.
Tal como las palabras de Dios dicen: “Dios ha encarnado en China continental, o, en palabras de los compatriotas de Hong Kong y Taiwán, en el ‘interior’. Cuando Dios descendió del cielo a la tierra, nadie ni en el cielo ni en la tierra fue consciente de esto, pues este es el verdadero significado de que Dios regrese de un modo oculto. Él ha estado obrando y viviendo en la carne durante mucho tiempo; sin embargo, nadie ha sido consciente de ello. Incluso hasta el día de hoy, nadie lo reconoce. Tal vez esto seguirá siendo un enigma eterno. Esta vez, la venida de Dios en la carne es algo de lo que ningún ser humano puede ser consciente. Independientemente de qué tan grande y poderoso sea el impacto de la obra del Espíritu, Dios siempre permanece impasible, sin revelarse jamás. Se puede decir que es como si esta etapa de Su obra estuviera ocurriendo en el ámbito celestial. Aunque sea algo evidente para todos los que tengan ojos para ver, nadie lo reconoce. Cuando Dios concluya esta etapa de Su obra, la humanidad entera romperá con su actitud habitual y despertará de su largo sueño. […] Al amanecer, sin que las multitudes lo supieran, Dios vino a la tierra e inició Su vida en la carne. Las personas no fueron conscientes de la llegada de este momento. Quizás todas estaban dormidas; tal vez muchos de los que estaban despiertos y vigilantes esperaban, y es posible que muchos estuvieran orando en silencio a Dios en el cielo. Sin embargo, entre todas estas personas, ni una sola supo que Dios ya había llegado a la tierra”.
De esto se puede ver que Dios ha venido haciéndose carne en secreto. Frente a los frecuentes desastres, debemos buscar Sus huellas para recibirlo cuanto antes sea posible, solo así tendremos la oportunidad de ser protegidos por Él.
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Las escrituras tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS® (LBLA) Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation usado con permiso. www.LBLA.com.
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